SOCIEDAD › UN ASALTANTE MUERTO EN EL ROBO A UN EDIFICIO
A los tiros en la Recoleta
Dos jóvenes se tirotearon con la policía en el piso 11º de un edificio de Quintana al 200. Uno murió. El otro fue detenido.
Asalto, tiroteo, un muerto, un herido, un detenido, todo en pleno barrio de la Recoleta. El hecho ocurrió ayer, alrededor de las 10 de la mañana, cuando dos jóvenes amenazaron al encargado de un edificio de Quintana al 200, también al dueño de un bar lindero, y posteriormente a una mujer que vive en el piso 11º. Los asaltantes subieron con la mujer para desvalijar el departamento, pero entretanto el encargado del bar logró zafar de las ataduras. Y cayó la policía. El tiroteo se desató en el palier del 11º. Uno de los delincuentes cayó gravemente herido (murió más tarde) y el otro quedó detenido. Según la policía, los dos asaltantes tenían 18 años y antecedentes penales. Un uniformado resultó herido pero salvado por el chaleco antibalas.
El caso se inició alrededor de las 10 de la mañana, en la puerta de un edificio, sobre la avenida Quintana al 200, entre Montevideo y Rodríguez Peña. Dos asaltantes amenazaron al encargado del edificio y lo llevaron a los empujones dentro de un bar lindero que se comunica con el edificio por una puerta interna.
Ya dentro del bar, que a esa hora se encontraba cerrado al público, el dúo dominó al encargado del local. Tanto al portero como al comerciante los ataron y amordazaron. Dominados ambos, se dedicaron a exigir al encargado del edificio las llaves de todos los departamentos. Sea que el hombre se resistía o que no tenía llaves en su poder, lo cierto es que su respuesta fue tomada como una negativa y fue golpeado con un culatazo en la cabeza. Fue en ese momento que entró al edificio una vecina que vive en el piso 11º del edificio en cuestión. En lugar de la puerta del ascensor, de pronto, a la mujer se le abrió de par en par una escena de terror: un hombre armado se le abalanzó de golpe y la arrastró hacia dentro del bar lindero. La mujer, sin más, pasó a sumarse al grupo de rehenes.
Entretanto, el otro delincuente exigía al comerciante que le entregara la recaudación, pero el encargado del bar logró convencerlo de que no había dinero ya que el local a esa hora se encontraba cerrado.
Entonces, el dúo decidió probar suerte con el botín que tenían asegurado: el departamento del piso 11º, cuyas llaves estaban en poder de la mujer. Ambos subieron con la vecina con la idea de desvalijar el departamento. Pero mientras el dúo subía, el comerciante como en cualquier película de acción policial, lograba zafar de las ataduras. Luego de cerciorarse de que los dos asaltantes habían subido al piso 11º, corrió a avisar al custodio de una embajada ubicada a escasos metros del edificio.
El custodio, inmediatamente, dio aviso a la Comisaría 17ª, con jurisdicción en la zona. Pocos minutos después, un regimiento de patrulleros y uniformados se concentraba sobre la puerta del edificio. Un grupo de policías inició el ascenso al piso 11º, mientras el dúo, desentendido de todo daba vuelta el departamento de la vecina.
Inevitablemente, se tenía que producir el encuentro. Y ocurrió en el palier del 11º. Las balas fueron de un extremo al otro. Una de ellas hirió de gravedad a uno de los ladrones. Al ver a su compañero herido, el otro asaltante decidió entregarse. Uno de los policías que intervino en el tiroteo resultó herido y fue rápidamente trasladado al Hospital Churruca. Las autoridades informaron que la herida fue leve y que el chaleco antibalas le salvó la vida. El delincuente herido finalmente falleció. Los policías secuestraron dos armas que estaban en poder de los asaltantes, calibres 9 y 38. El comisario Eduardo González, de la Comisaría 17ª, informó que los asaltantes tenían 18 años y ambos contaban con antecedentes.