SOCIEDAD › EN ENTRE RIOS MURIO UNA JOVEN QUE SE APLICO HIERRO
Otra vez es peor el remedio
Una joven de 26 años, de Entre Ríos, falleció tras inyectarse una ampolla de hierro. Es el mismo medicamento adulterado que provocó la muerte de otra mujer en Río Negro, la semana pasada.
Otra presunta víctima de la partida de inyecciones falsificadas ayer causó zozobra en la provincia de Entre Ríos. Se trata de una joven de 26 años embarazada, de la ciudad de Diamante, a 50 kilómetros de Paraná. Murió el 22 de noviembre pasado por una hemorragia interna cuatro días después de inyectarse una ampolla de Yectafer, que tradicionalmente fabrica el laboratorio Astra-Zeneca. La denuncia saltó con la difusión del caso de Río Negro. Según un abogado, la dosis sería parte de la misma partida que causó la muerte de la muchacha rionegrina la semana pasada. A modo de prevención, las autoridades sanitarias de la provincia ordenaron retirar el producto de todas las farmacias para analizarlo. En tanto, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, admitió que la partida que produjo la muerte de la rionegrina se hizo mediante una “compra pública”. Y definió como “muy raro” el caso por el “control de calidad” del área.
“Nosotros presumimos que se trata de una partida falsificada, pero todavía no lo vamos a afirmar hasta no haberla analizado”, sostuvo el abogado Néstor Schlotahuer, de la ciudad de Diamante, quien representa a los familiares de Luciana Jiménez, la joven que murió el 22 de noviembre después de haberse aplicado un refuerzo de hierro inyectable por prescripción médica. Luciana llevaba adelante un embarazo de cinco meses y medio. Pesaba 46 kilos. El 17 de noviembre, su ginecóloga le diagnosticó un estado de anemia y le recetó la medicina, que compró ese mismo día en una farmacia privada de la ciudad.
De acuerdo con la reconstrucción del caso hecha por sus familiares, Luciana compró una caja completa con diez ampollas. De las diez, sólo utilizó una. Se la inyectaron ese día en el Hospital Público San José de Diamante. “Apenas se la suministraron comenzó a descomponerse, volvió al hospital ese día y la volvieron a internar a la noche. Pasó las últimas dos noches en dos clínicas de mayor complejidad en Paraná, porque acá en Diamante no hay salas de terapia intensiva”, le explicó el abogado a Página/12. La última noche “estuvo muy mal, pero muy mal, empezó con el sangrado”. El diagnóstico de la muerte fue: una coagulopatía por consumo, que le produjo un sangrado en todo el cuerpo. “Es un cuerpo que no puede parar de sangrar”, explica Schlotahuer. “Pasaron los días y nadie le explicó a su familia qué fue lo que efectivamente pasó. Todo era muy raro, por eso me vinieron a buscar.”
Hasta el jueves pasado creía que las razones de la muerte eran otras. “No pensábamos que podía tratarse de un plagio, nos parecía que el cuerpo de Luciana no había resistido la medicina”, indicó Schlotahuer. La difusión del caso de Río Negro cambió la situación. Verónica Díaz había muerto por “sobredosis de hierro”. Tenía 22 años y esperaba un trasplante en el ex hospital Castex del partido bonaerense de San Martín. Cuando el abogado lo supo, le pidió al esposo de Luciana la caja de la medicina para chequear lote y partida: “Con sorpresa comprobé que el hierro suministrado correspondió al lote denunciado como falsificado con el número L 03100718 y cuyo vencimiento es en octubre del 2006”, explicó.
El director del laboratorio Astra-Zeneca, fabricantes del Yectafer, le confirmó las sospechas. Schlotahuer se comunicó por teléfono con él cuando recibió los primeros datos: “Lo llamé para preguntarle –dijo el abogado–, me pidió cada uno de los datos y me explicó que la partida no era suya sino falsificada, y contiene tres veces más hierro de lo que corresponde”.
De las diez dosis de la caja, nueve serán analizadas a fin de descartar o confirmar la hipótesis de la muerte por sobredosis de hierro. Hasta ese momento, el abogado prefiere mantener cierta cautela. “Nuestro objetivo fue dar un alerta, porque la muerte ya pasó, fue hace más de un mes, pero ella compró una partida que a lo mejor aún se sigue vendiendo.”
Ayer a la mañana, cuando apenas comenzó a circular la denuncia en Entre Ríos, las autoridades sanitarias entraron en estado de alerta. María Inés Taleb, la hermana del ex embajador argentino en La Habana, es la directora del hospital público de Diamante. Durante el día ordenó una inspección rápida puertas adentro del hospital para revisar sus partidas: “Tenemos dos partidas distintas que compramos directamente en una droguería de Buenos Aires; creemos que una de las dos puede corresponder al mismo lote presuntamente adulterado”, explicó Taleb ayer a este diario. Con esas sospechas intentó ubicar a otra supuesta víctima, en este caso una embarazada de 19 años que también había pasado por el hospital. Durante la tarde comprobaron que la chica estaba sana y salva, pero no se quedaron tranquilos: “Esto va a hacer así –adelantó Taleb–, van a aparecer más casos acá o en el resto del país en los próximos días. Esta es una medicina muy habitual”.
Schlotahuer estudia la presentación de una denuncia judicial. “En este caso –dijo– estamos ante la presencia de un delito de adulteración o falsificación de un medicamento y también ante la posibilidad de un homicidio culposo”, agregó. “Vamos a empezar a remontar la cadena para intentar llegar a los distribuidores.”