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Quizá por sentirse de pronto tan lejos de casa, a Verónica se le quebró la voz cuando el juez le preguntó si quería a Tani por esposa. Tuvo que aclararse la garganta emocionada para decir, esta vez definitivamente, “sí, quiero”. Culminaba así la primera boda entre mujeres en España y una de las contrayentes fue una mujer argentina. El matrimonio se efectuó en una localidad próxima a Barcelona, donde las dos mujeres ya vivían juntas. Las contrayentes procuraron preservar un marco de discreción, pero decenas de fotógrafos se agolparon para registrar el momento. Pocos días antes, un magistrado se había negado a concretar un matrimonio similar porque el país de origen de una de las novias no aceptaba el enlace homosexual, como es también el caso de la Argentina. Pero en esta oportunidad, el juez, Jorge Vergara Arana, se atuvo a que “la legislación española prevalece sobre la ley personal del contrayente extranjero” y pronunció por primera vez la nueva fórmula: “Os declaro unidas en matrimonio”.
Las dos mujeres, que tienen poco más de 30 años, hubieran preferido una boda muy íntima, pero casi un centenar de periodistas y fotógrafos se dio cita en el Registro Civil de Mollet del Vallès, pequeña localidad próxima a la ciudad de Barcelona. Los invitados, en cambio, no eran más de 15, entre los que se contaban la madre y otros familiares de Sebastiana, “Tani”, la contrayente española.
Entraron juntas a una de las salas de los juzgados de Mollet del Vallès y los invitados las recibieron con aplausos. Las dos estaban muy elegantes, con sus amplios pantalones blancos; una de ellas vestía un saco negro y la otra un saco a rayas. Cada una portaba su ramo de novia.
Primero, un familiar de Tani leyó un poema que hablaba del amor. Después, el juez Jorge Vergara, titular del Registro Civil de Mollet del Vallès, preguntó a cada una si quería a la otra por esposa. Entonces fue cuando a la argentina se le quebró la voz. Tani dijo bien fuerte su “Sí, quiero”, y el juez pronunció por primera vez en la historia la nueva fórmula ceremonial: “Os declaro unidas en matrimonio”, en sustitución del tradicional “Os declaro marido y mujer”. Las flamantes esposas, que ya tenían sus manos entrelazadas, se besaron.
Sólo entonces, y sólo con las contrayentes de espaldas, los fotógrafos tenían autorización para registrar imágenes. Ellas no hicieron declaraciones a la prensa. La madre de Tani, llamada Esperanza, había explicado que la decisión de casarse era algo que su hija y Verónica tenían “clarísimo”.
Bajo la clásica lluvia de arroz, se retiraron del registro civil.
La familia de Tani, procedente de las Islas Canarias, participó de la ceremonia. Los parientes de Verónica “no pudieron viajar”, explicó lacónicamente uno de los invitados. Las dos mujeres se habían mudado hacía unos cuatro meses a Mollet del Vallès y ya venían viviendo juntas desde hacía un par de años en Barcelona.
El juez Vergara Arana comentó después que debió “interpretar” las leyes para autorizar el casamiento, a partir del hecho de que el matrimonio entre personas del mismo sexo no está permitido en la Argentina. Hace pocos días, en la localidad de Canet de Mar, también próxima a Barcelona, un juez se negó al matrimonio de una pareja gay integrada por un español y un natural de la India, aduciendo que en este último país tal boda no es legal. El juez Vergara Arana, en cambio, hizo prevalecer el “derecho fundamental al matrimonio”, establecido en la legislación española, “por sobre la ley personal del contrayente extranjero, en este caso, la legislación argentina”. Según explicó el magistrado, “la Dirección General del Registro Civil tiene declarado que, en asuntos relativos a los expedientes matrimoniales, la aplicación de la ley extranjera puede y debe ser rechazada cuando resulte contraria al orden público internacional español”.
La ley de matrimonio homosexual entró en vigor en España el 4 de julio. La primera boda entre hombres se celebró el 11 de julio, en Madrid, entre Emilio Menéndez y Carlos Baturín.