SOCIEDAD
› AUMENTO EN LOS TAXIS A PARTIR DE SEPTIEMBRE
Reloj, no marques las fichas
El gobierno porteño autorizó un incremento del 13 por ciento. La bajada de bandera será de 1,98 peso y cada ficha irá de 20 a 22 centavos. El parque automotor no deberá superar los diez años.
El gobierno porteño dispuso un aumento del 13 por ciento en la tarifa de taxis a partir del 1º de septiembre, y la medida, que causó desazón en los usuarios, fue aceptada con reparos de parte de los taxistas. Con la decisión, la bajada de bandera irá de 1,60 a 1,98 peso, una suba del 13 por ciento. Asimismo, la ficha que actualmente es de 20 centavos subirá un 10 por ciento y llegará a los 22 centavos. El incremento no alcanza a conformar la pretensión del sector, que había reclamado un incremento del 20 por ciento. Según los asociaciones de taxistas, el resto del aumento se discutirá este año; según el gobierno porteño, no hay nada que discutir. Junto con el aumento, el gobierno dispuso que el parque automotor no supere los diez años de antigüedad.
El nuevo aumento –el último había sido en diciembre del 2004– es fruto de una discusión entre el gobierno y los empresarios taxistas que presentaron estudios para justificar sus pedidos del 20 por ciento y al que añadieron su histórico pedido: que la bajada de bandera sea de diez fichas –equivalente a un litro de nafta súper, alrededor de 2 pesos–, reducida a ocho durante la dictadura militar.
El subsecretario de Tránsito y Transporte porteño, Fernando Verdaguer, descartó ante este diario una nueva suba y precisó que la cifra del 13 por ciento “es una recomposición” de la tarifa real determinada en enero; “se la fijó buscando un acuerdo razonable, de acuerdo con el bolsillo de la gente y tomando en cuenta los gastos que implica un automóvil y los indicadores de consumo” del Indec. El funcionario estimó que un nuevo aumento podría discutirse “recién el año próximo, siempre y cuando no cambien los indicadores” que miden el nivel de ingreso y los índices de inflación.
Tanto empresarios como choferes descartaron que el alza cause daños a la recaudación: “Los pasajeros de taxi van a seguir viajando”, afirmaron desde el Sindicato de Peones.
Por su parte, el secretario del Sindicato de Taxistas, José Ibarra, estimó ante Página/12 que la suba en la recaudación que producirá la nueva medida “no será para que el trabajador gane más sino que todo irá al mantenimiento del auto y las cargas sociales”. El gremialista criticó también que no se tomen “medidas de fondo” como una política de control de las combis y remises truchos, subsidios al combustible y líneas de crédito para la compra de nuevos móviles.
Hasta que el decreto sea visto por la Procuración, luego firmado por el jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y publicado en el Boletín Oficial, pasarán semanas. Entre los fundamentos del alza se halla la obligatoriedad por ley del aire acondicionado en taxis nuevos, el incremento de los automotores y el GNC y la obligación de que la antigüedad de las unidades no supere los diez años (actualmente el máximo es de doce).
El titular de la Asociación de Taxistas de Capital Federal, Luis Fernández, rechazó esta medida y la calificó de “chantaje” porque “el sector no tiene líneas de créditos para comprar autos nuevos”. Enrique Celi, titular de la Federación de Autos Taxi porteña, afirmó que “el aumento es una recomposición de una tarifa atrasada en un 60 por ciento, pero no se planteó ese número porque tuvimos en cuenta la crisis”.