En una acción conjunta que no tiene precedentes, Eduardo Luis Duhalde –secretario de Derechos Humanos de la Nación– y Francisco Mugnolo –procurador penitenciario de la Nación– se presentaron ante la Cámara de Apelaciones de La Plata para pedir la libertad de Irineo Mora Sandi, preso desde hace un año por tenencia de una reducida cantidad de hojas de coca en estado natural. Su detención plantea “una violación de derechos fundamentales de la persona”, según ambos altos funcionarios. En reconocimiento a esta presentación, Mora Sandi levantó la huelga de hambre que había mantenido durante 34 días. El 27 de febrero, el juez Carlos Ferreiro Pella había recibido por primera vez al hombre que mantiene detenido –si bien lo atendió sentado de espaldas, sin permitirle mirarlo–, pero sigue negándole la excarcelación. La decisión está ahora en manos de la Cámara platense. Un grupo de representantes de pueblos originarios intentó en vano ser recibido en el juzgado de Lomas de Zamora y anunció una gran movilización “contra esta actitud discriminatoria”. Entretanto, un equipo de documentalistas está filmando una película sobre el caso de Irineo Mora Sandi, que está por cumplir un año de cárcel.

La presentación de Duhalde y Mugnolo recuerda que el 30 de marzo de 2006, cuando fue allanada la casa de Irineo Mora Sandi, en Lomas de Zamora, “se los esposó a él y a su familia poniéndolos contra el suelo, sin tener en consideración que su esposa estaba embarazada y sin atender los ruegos de la misma, que pedía poner una frazada debajo del cuerpo de su hija para evitar el enfriamiento”. Señala que, “durante el allanamiento, el señor Mora Sandi fue golpeado, mientras le exigían que diera a conocer el lugar donde escondía el dinero, cosa que era imposible ya que él no poseía suma alguna. Fue obligado a firmar documentos que no comprendía, bajo amenaza de que, si se negaba, se llevarían a su hija”.

Mora Sandi quedó detenido. El documento de Duhalde y Mugnolo señala que, cuando su mujer dio a luz, “se le rechazó la solicitud de ser trasladado al hospital para visitar a su esposa e hija”. El juez Carlos Ferreiro Pella lo procesó por “guarda de materia prima utilizable para la producción de estupefacientes”; la apelación fue rechazada por la Cámara de Apelaciones de La Plata. Sin embargo, según observan el secretario de Derechos Humanos y el procurador penitenciario, el artículo 15 de la Ley 23.737, que despenaliza la tenencia de hojas de coca en todo el país, remite “al profundo arraigo en la cultura del noroeste argentino de la costumbre milenaria del coqueo” y advierten que “el derecho a la cultura es receptado por numerosas normas internacionales” a las que adhirió la Constitución argentina. La prisión de Mora Sandi por tenencia de hojas de coca “atenta contra la cultura de millones de habitantes de nuestro país y países vecinos”, ya que el imputado “no tenía en su poder ningún precursor químico para la elaboración de estupefacientes”.

Duhalde y Mugnolo señalan que, “además, Mora Sandi carece de antecedentes penales y goza de buen concepto entre los parroquianos de su localidad, resultando ser una persona dedicada al trabajo y su familia”. En definitiva, su detención plantea “una violación de derechos fundamentales de la persona”, por lo cual ambos altos funcionarios solicitan “la excarcelación de Irineo Mora Sandi”.

Según observó Mugnolo a Página/12, “esta presentación conjunta constituye el primer caso en que solicitamos una excarcelación a partir del cuestionamiento de las pruebas en la causa; es que se está produciendo una flagrante violación a los derechos humanos”. Luis Alem, jefe de Gabinete de la Secretaría de Derechos Humanos, afirmó que “los motivos del procesamiento de Mora Sandi son incomprensibles: mantener su detención sólo prolonga injustificadamente su sufrimiento y hasta pone en riesgo su salud”.

Mora Sandi, por su parte, ante la presentación de Duhalde y Mugnolo, decidió levantar la huelga de hambre que había mantenido durante 34 días, a partir del 6 de febrero. Había anunciado que levantaría la medida luego de que el juez Carlos Ferreiro Pella, que jamás lo había atendido personalmente, aceptara entrevistarlo. Pero, el 27 de febrero, cuando finalmente el magistrado lo recibió, el encuentro tuvo lugar de manera inusitada: Ferreiro Pella se ubicó a espaldas del detenido, negándose a tomar contacto visual con él. Mora Sandi, por considerar que la entrevista no había cumplido las necesarias condiciones de dignidad, decidió continuar la huelga de hambre, que prolongó durante 13 días más.

Ramón Escobar, abogado de Irineo Mora Sandi, afirmó que “el último argumento al que recurre el juez Ferreiro Pella es que las hojas no se hallaban en estado natural por estar ‘prensadas’, pero estaban simplemente empaquetadas, como se las vende habitualmente, por ejemplo en cualquier mercado de Jujuy”.

El abogado agregó que, en aquella entrevista de espaldas, su defendido “denunció formalmente por primera vez lo que había pasado en el allanamiento: diez horas lo verduguearon los policías de la Bonaerense en su pequeña casa: le pusieron una granada, le robaron y le exigían plata para largarlo. El acta fue firmada en la comisaría 10ª de Lomas de Zamora, situada en Puente de la Noria. La orden de allanamiento, emitida por el juez Ferreiro Pella, ni mencionaba a Mora Sandi, que no figuraba en ninguna investigación preliminar, sino que requería un vecino, que también fue detenido pero después liberado. A Irineo lo dejaron preso porque la familia no pudo juntar la plata. Hasta le sacaron un anillito de oro que le había regalado la madre: le dejaron un recibo sin sellos ni firmas”. La presentación de Duhalde y Mugnolo señala que los hechos denunciados por Mora Sandi pueden “determinar la nulidad del allanamiento”.