Lun 20.08.2007

SOCIEDAD  › UN PUENTE SOBRE LAS VIAS DEL SARMIENTO EN CABALLITO

El barrio que vuelve a unirse

En tres semanas, Caballito tendrá un puente para peatones y autos. Permitirá sortear las vías del Sarmiento. Y podrá ser desmontado cuando se haga el soterramiento del ferrocarril.

› Por Eduardo Videla

Caballito es por ahora un barrio dividido en dos por las vías del ex Ferrocarril Sarmiento y sus insufribles barreras. Pero en tres semanas tendrá un punto de conexión entre el norte y el sur. Según informaron a Página/12 fuentes del Ministerio de Planeamiento y Obras Públicas, para el 7 de septiembre está prevista la apertura del flamante puente vehicular, que fue construido en ocho meses por la ciudad. El puente costó 8 millones de pesos pero no es una obra definitiva: estará allí hasta que se realice el prometido soterramiento del ferrocarril. Pese a que es de hormigón, podrá ser desmontado para instalarlo en otro punto.

El puente vehicular transitorio de Caballito tiene en total una extensión de 470 metros, que sortean la playa de maniobras de TBA, los galpones de Ferrobaires y un espacio baldío que, según sueñan los vecinos, podría convertirse en un espacio verde.

Según desde dónde se mire, el puente nace en Yerbal, a la altura de Nicasio Oroño, y desemboca en la avenida Avellaneda, detrás de la cancha de Ferro Carril Oeste, sobre Fragata Presidente Sarmiento. Esta calle es la que le da el nombre al puente vehicular.

En el Ministerio de Planeamiento y Obras Públicas de la ciudad destacan que éste es el primer puente sobre las vías del ex Sarmiento y la primera obra para sortear las vías de un ferrocarril que se hace en toda la ciudad. La última fue el viaducto que pasa bajo las vías del ex Ferrocarril San Martín en Agronomía, a la altura de la avenida Chorroarín.

El puente de Caballito está destinado exclusivamente al tránsito liviano: tiene dos carriles de 4,15 metros de ancho cada uno (uno para cada mano) sin contar las banquinas y una vereda, sobre el lado este, para el tránsito peatonal. Justamente la colocación de las barandas para ese cruce para peatones fue lo que demoró la inauguración: las que habían instalado no eran lo suficientemente seguras y debieron ser cambiadas. Para cruzar a pie no habrá escaleras sino que se accederá por la misma rampa de los autos.

Actualmente, los automovilistas utilizan en esa zona los pasos a nivel de Federico García Lorca (ex Cucha Cucha) y Donato Alvarez, separados por nueve cuadras. En ambos suelen producirse embotellamientos en las horas pico como consecuencia de los cierres de barreras.

La obra fue diseñada y realizada por la empresa AUSA, la administradora estatal de las autopistas porteñas que ya ha realizado otras obras viales en la ciudad, como la avenida en la ribera del Riachuelo o el distribuidor de la 9 de Julio, en Constitución, entre otras.

El ancho total del puente será de 11,6 metros. El recorrido horizontal, sobre las vías, es de solo 84 metros. El resto (386 metros) corresponde a las rampas de acceso y salida. Todo el trayecto estará iluminado por 19 columnas de alumbrado, ubicadas sobre el lado oeste.

Los vecinos tienen la esperanza de que la obra revitalice esa parte olvidada de Caballito, donde la única inversión, en los últimos años, fue la construcción de torres sobre la avenida Avellaneda. Por lo pronto, la edificación del puente cortó el largo muro que, sobre la calle Yerbal, separa al sector sur del barrio de la playa de maniobras ferroviarias. También se recuperaron algunos sectores que estaban intrusados por particulares o empresas. “La construcción del espacio verde quedará para la próxima gestión”, dijo a este diario, con resignación, un funcionario del gobierno saliente.

Los funcionarios estiman que cuando se habilite el puente aumentará el tránsito en esa zona y admiten que eso podría generar algunas molestias a quienes viven más cerca de esa vía, aunque representará un beneficio para el barrio.

Además de hacer más fluido el tránsito, la obra mejorará la seguridad para los peatones, ya que podrían evitarse los frecuentes accidentes que se producen en las vías del ferrocarril.

Como ese sector está involucrado en el plan de soterramiento del ex Ferrocarril Sarmiento, la utilidad del puente es transitoria. Esa obra será encarada por la Nación, pero todavía no tiene plazos para su inicio. A la ciudad, en tanto, le correspondería toda la parquización a los costados de las trincheras y los cruces viales a nivel.

El puente de Caballito que se inaugurará en septiembre forma parte del Programa de Conectividad Vial del Plan Integral de Tránsito y Transporte del gobierno porteño. Ese plan incluye la construcción de 25 pasos bajo nivel, la construcción de un nuevo puente sobre el Riachuelo, a la altura de la Avenida Patricios, en Barracas, que comunicará a la ciudad con Avellaneda, y la revitalización de otros dos puentes existentes, el Bosch y el viejo Puente Pueyrredón.

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