Desde Mar del Plata

En apenas dos días, durante el primer fin de semana del año, en Mar del Plata se secuestraron cerca de 60 vehículos cuyos conductores no pudieron rendir bien el examen de alcoholemia que se realiza, todas las madrugadas, después de la cena y del baile, en toda la zona costera de la ciudad, desde la avenida Constitución hasta el centro. “Lo único que hacemos es prevenir accidentes causados por el abuso en el consumo de alcohol, pero tenemos muy en cuenta que ésta es una ciudad turística”, dijo el director de Transporte y Tránsito de la Municipalidad local, Juan José Arteaga, quien se refirió a las quejas que se escucharon por parte de los automovilistas que tienen que sortear, cada día, los operativos de control que se realizan en distintos puntos de la ciudad. Arteaga admitió que el playón donde van los autos secuestrados, que tiene capacidad para 130 vehículos, estuvo desbordado. “Pero estamos en condiciones de seguir trabajando sin problemas, los controles se mantienen”, sostuvo el funcionario.

En declaraciones a la prensa, Arteaga explicó que acá “no se hacen operativos de alcoholemia a las diez u once de la noche, como ocurre en otras ciudades. Los hacemos de madrugada y en la costa, donde se detectan grandes excesos en la ingesta de alcohol”. Siempre en alusión a las quejas de los choferes, el funcionario aclaró que “el turista que sale a cenar y toma alguna copa de vino o cerveza, en forma mesurada, no va a tener problemas, pero eso no significa que pueda beber alcohol en forma indiscriminada y que después salga haciendo ‘ochos’ con el auto”.

Por otra parte, recordó que siempre, en los casos de accidentes, lo primero que hace la policía es “verificar los niveles de alcohol en sangre”, lo que sirve para evaluar quién fue el que tuvo responsabilidad en lo ocurrido. Como dato positivo de los controles que se realizan, dentro del perímetro de la ciudad, no en las rutas, afirmó que en el último año “no hubo accidentes con heridos graves o muertos”. Aclaró que se refiere al área costera donde se hacen los operativos.

Otro de los lugares clave, a la hora de los controles de alcoholemia, es la calle Alem, donde los fines de semana se congregan miles de jóvenes que van a los lugares bailables y a los bares. En caso de que se detecte un nivel que supere el 0,5 por ciento de alcohol en sangre, el vehículo tiene que ser secuestrado. Al mismo tiempo, se secuestra el registro del conductor por un plazo mínimo de 30 días y se aplica una multa mínima de mil pesos. La cifra se incrementa en forma proporcional al registro de alcohol en sangre que se haya tomado.

La sanción se incrementa en caso de reincidencia, pero Arteaga aclaró que “son muy pocos los automovilistas que reinciden”. Luego confirmó que “es cierto que con los vehículos que se secuestraron por alcoholemia este fin de semana se superó la capacidad del playón, pero eso no significa que no continuemos con los operativos”. Veinte de los rodados fueron ubicados sobre la calle 25 de Mayo, en el cruce con Jujuy, con custodia policial.