SOCIEDAD
• SUBNOTA
De Mundo Mágico al peor de los mundos
El olfato fue tan malo como la época. Fabián abrió la tercera filial de Mundo Mágico en octubre para dedicarse a la importación de juguetes, uno de los rubros casi en extinción en Buenos Aires. El negocio está al frente de una galería en Corrientes al 2200. Ahora, a lo largo de la vidriera ha pintado un cartel de liquidación en una de esas banderas de barrabravas.
Pero la crisis de Mundo Mágico no empezó en octubre ni terminó con ese cartel de liquidación gigante. Arrancó hace un mes cuando cerró la casa central que estaba en Helguera al 300, y la segunda casa, de Avellaneda al 2700. En medio de ese terreno donde todo parece hundirse y no dejar de precipitarse, los dueños de este local de Corrientes pararon las compras, es decir, las importaciones que desde hace al menos sesenta días comenzaron a aparecer con precios más caros.
El remate ahora seguirá su curso por lo menos hasta abril, en ese momento tal vez cambien de rubro. El padre de Fabián, que pensó en convertir parte del local en un maxikiosco, trató de alquilar algún otro local más cerca de Pueyrredón. Ni siquiera así tuvo suerte. Estos días se dio cuenta de que nadie quiere alquilar los locales que están vacíos. Todo el mundo está esperando que se estabilice el precio del dólar para encarar nuevos contratos, y eso, eso son las cosas que a Fabián más lo desmotivan.
Como les pasa a los jugadores de fútbol, él ya ni siquiera sabe dónde poner a trabajar su energía de 23 años. Ahora es uno de los que piensa en irse. Empezó a investigar qué cantidad de parientes o de cosas podría hacer en un lugar como España. Se iría para allá, así, sin nada: “No es que nosotros querramos grandes cosas, no queremos casaquinta, ni auto ni nada: queremos estar tranquilos, un lugar donde te dejen vivir en paz y tener lo básico.”
Nota madre
Subnotas