Ver a los empleados del Cementerio de Rosario jugar entre los sepulcros a una “búsqueda del tesoro” o a los médicos del hospital atender a sus pacientes con disfraces puede llegar a confundirse con escenas de un sueño. Pero ha ocurrido en la realidad, durante unas horas, cuando en la ciudad de Rosario se celebró el Día del Juego y la Convivencia, una jornada instituida por ordenanza municipal a partir de la propuesta de los consejos para una Ciudad Amiga de los Niños.
“La ciudad de los niños suena a un mundo en miniatura, pero consiste en darles la palabra a los chicos como nuevos ciudadanos, para proponer medidas destinadas para transformar la ciudad, vinculadas con la apropiación del espacio público”, explicó a Página/12 María de los Angeles González, coordinadora de Educación de la Municipalidad de Rosario y una de las responsables de la ejecución del programa, el primero que se inició en el país, hace cuatro años.
La iniciativa es impulsada por Unicef Argentina y parte de la propuesta del pedagogo italiano Francesco Tonucci, que la implementó con éxito en Fano, su ciudad natal. La premisa: transformar a las ciudades contemporáneas, convertidas en lugares poco seguros y con escasos lugares para el juego y la vida social, en espacios más amigables. Para eso, propone escuchar las propuestas de los chicos, porque “una ciudad buena para los niños es una ciudad buena para todos”, sostiene. “Las calles no se volverán más seguras cuando sean patrulladas por la policía sino cuando sean conquistadas por los niños, los ancianos y los ciudadanos”, asegura Tonucci.
Un día dedicado al juego no es poco, pero no es lo único que consiguieron los chicos de Rosario. Con el programa de educación vial Cuidapapis, unos 8 mil chicos de escuelas primarias hicieron ya más de 90.000 “multas morales” a automovilistas que dejaron su vehículo mal estacionado, muchas veces sobre la vereda, quitándoles espacio para jugar o andar en bicicleta. “En las boletas ponen su nombre, grado y escuela. Hubo casos de automovilistas que se acercaron a la escuela para pedir disculpas por la infracción”, cuenta la Coordinadora de Educación.
Otros de los logros son la creación de un paseo ecológico denominado Granja de la Infancia, y el Jardín de los Niños, un complejo de juegos dedicado a chicos y adultos. Para este año está prevista la apertura de otros espacios, la Isla de los Inventos, dedicado a las ciencias sociales y exactas. Otro logro es la denominada Línea Verde, un corredor de canteros propuesto por el Consejo del Oeste rosarino, que recorre las veredas a lo largo de 60 cuadras, desde el Parque Independencia hasta la Granja de la Infancia.
Los cambios incluyen mayor protagonismo de los chicos en programas de radio y televisión. De la mano de estas experiencias, los rosarinos van recuperando de a poco el espacio público. Como las ferias de artesanías y las de antigüedades domésticas, en las que –al estilo de la de Parque Rivadavia porteño, pero organizado por la comuna– los vecinos ofrecen artículos personales en desuso, una Feria Retro, que se despliega a lo largo de siete cuadras del centro de la ciudad.