“Los ensayos censales empezaron en 2007 para probar formularios y también la posibilidad de realizar un censo de derecho, que no se acota a un solo día y que en lugar de registrar las personas que pernoctaron en esa vivienda, registra los datos de los individuos que residen habitualmente en el hogar, aunque no estén presentes en el momento del censo”, contó la directora del Indec, Ana María Edwin, en diálogo con Página/12. La “señora del Censo” indicó que se probó en la ciudad de Buenos Aires, pero a los 15 días todavía no se había terminado de censar a toda la población. A los 30 días se había llegado al 80 por ciento. “Se descartó como alternativa, dado que hay muchos hogares unipersonales, en los que se evaluó que su ocupante no esperaría al censista, y se iban a tener las mismas deficiencias que en el censo de 2001, cuando no se llegó a censar al 8 por ciento de la población porteña. A nivel nacional, la omisión fue de entre 4 y 12 por ciento, según las áreas del país. Hubo comunidades originarias enteras de la meseta patagónica que no fueron censadas”, detalló Edwin.