Mié 22.02.2012

SOCIEDAD • SUBNOTA  › OPINIóN

¿Cómo informar sobre estos casos?

› Por Mariana Carbajal

El aumento de mujeres quemadas por sus parejas a partir del caso de Wanda Taddei nos interpela como periodistas. La muerte de Wanda tuvo una repercusión mediática como pocos femicidios han tenido en los últimos años. Pronto, los sitios que prestan ayuda a víctimas de violencia de género dieron cuenta de un fenómeno nuevo: muchas mujeres relataban asustadas que sus parejas o ex las amenazaban con quemarlas como a Wanda para “aleccionarlas” y “disciplinarlas”. Y los casos de mujeres incineradas crecieron exponencialmente (ver nota central). También es un hecho de la realidad que cada vez que en los medios se trata el problema de la violencia machista –especialmente en programas de televisión– y se ofrecen teléfonos o sitios donde pedir ayuda, las consultas para salir de relaciones de sometimiento aumentan. ¿Cómo informar entonces sobre estos casos?

Hablar de femicidio en lugar de crimen pasional –ninguna pasión justifica la violencia–, evitar el morbo al informar, desterrar mitos como que “la violencia de género solo afecta a familias pobres”, que “una buena esposa deben soportar todo por amor” y “si un novio te cela y te persigue, es porque te ama”, puede contribuir a desnaturalizar la violencia machista, un paso importante para combatirla y erradicarla. En ese aspecto podemos ayudar como comunicadores. El violento no se convierte en violento por escuchar o leer una noticia. El punto es cómo hablar del tema, qué enfoque darle. No seremos parte del problema de la violencia de género en la medida en que, como comunicadores, no nos quedemos en el detalle de cómo ocurrió un nuevo femicidio y podamos ponerlo en contexto, dando cuenta de que se trata de una consecuencia de la discriminación y la desigualdad entre varones y mujeres en la sociedad. En cambio, seremos parte del problema si representamos a las víctimas como responsables de la agresión, si nos preguntamos qué habrá hecho la mujer para provocar o causar la violencia; si excusamos al agresor porque “estaba obsesionado” o enamorado o celoso y cuando lo representamos como un loco, un monstruo o un psicópata mientras ignoramos la naturaleza estructural de la violencia contra las mujeres.

Nota madre

Subnotas

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux