En el Hospital Materno de Salta se realizó el primer aborto no punible a una mujer embarazada producto de una violación, desde la implementación del protocolo de atención de esos casos que fijó el gobierno provincial, luego del fallo de la Corte Suprema. La mujer llegó el martes de la semana pasada a pedir la interrupción del embarazo, pero recién se lo practicaron el lunes último. Y para acceder a la práctica tuvo que contar con el acompañamiento de dos abogadas, referentes en la defensa de los derechos de las mujeres, Graciela Abutt Carol y Mónica Menini. Menini denunció en diálogo con Página/12 que “los médicos no sabían cómo actuar, le hicieron muchas preguntas, indagaron sobre su sexualidad. Si hubiera estado sola, no se habría hecho el aborto”.

El protocolo salteño impone más requisitos que los que fijó la Corte en su fallo del 13 de marzo. La paciente tuvo que firmar, ante un funcionario del Ministerio Público, una declaración jurada en la que aseguró que sufrió un delito sexual. La Corte estableció que solamente se les debe pedir una declaración jurada ante el médico que las atiende. También debió participar de una reunión con abogados del hospital, entre las cuales hubo una letrada que tenía un rosario en la mano, además de hacer numerosos trámites que le llevaron todo el día. Estaba citada para primera hora de la mañana del lunes, pero la práctica se hizo pasadas las 8 de la noche.