Luego del conflicto de las tomas del colegio en 2012, cuando los estudiantes reclamaron la creación de un bar institucional, manejado por personal no docente, las autoridades de la Universidad de Buenos Aires, de la que depende la escuela, decidieron, a partir de este año, conceder el lugar a una organización social. El rector de la UBA, Rubén Hallú, celebró que sea una ONG la que gestione el buffet del emblemático colegio.

“Estamos muy satisfechos con esta decisión. Granja Andar cumple con todos los requisitos que nos interesaban desde el comienzo. Es una organización con fines absolutamente loables y que trabaja con mucha responsabilidad. Hay que aceptar que no es algo sencillo administrar un bar y nos parecía desacertado que lo hicieran los estudiantes. Ellos son menores de edad y legalmente no pueden ni deben hacerlo. Se necesitaba gente capacitada, y la posibilidad de que fuera una ONG como Granja Andar significó una solución excelente a ese conflicto que había. Con esta decisión beneficiamos a los chicos que pueden conseguir trabajo y al mismo tiempo beneficiamos a toda la comunidad educativa ofreciéndoles buenos precios, comida de calidad y buena atención”, señaló el rector de la UBA.

La articulación entre el rectorado y la organización social fue posible gracias a la intervención del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que acercó la propuesta al establecimiento educativo. Ariel Sujarchuk, subsecretario de Comercialización de la Economía Social, del mencionado ministerio, destacó que “esta iniciativa permitió sortear un conflicto de una manera superadora: integrando un sector vulnerable, una institución educativa y el Estado”. A su vez, Sujarchuk indicó que “las personas con discapacidad son aquellas a las cuales más les cuesta ingresar en la vida social y laboral. Con esta experiencia los incorporamos y para ellos, que pueden generar sus propios ingresos y ayudar a sus familias, esto es sumamente reconfortante y reivindicatorio”.

Desde la conducción del centro de estudiantes reconocieron la importancia de que sea una asociación civil la beneficiaria, aunque marcaron su descontento con algunos puntos de la concesión. El presidente del centro de estudiantes de la Escuela Carlos Pellegrini, Hernán Schujman, reconoció algunas “cuestiones positivas del bar, como que se haya elegido a una ONG para que lo maneje y que no haya lucro en eso”, aunque señaló que “no es el bar que nosotros estábamos buscando, por ejemplo no hay un menú para celíacos y vegetarianos”.