SOCIEDAD • SUBNOTA › LA CONFESION DE SANTA MARINHA
Los dos amigos que escucharon a Miguel Angel Santa Marinha confesar el homicidio de Celina Bergantiños declararon que el propio imputado les dijo “la maté yo”, afirmaron que no le creyeron que la hubiese asesinado “por una calza”, tal como él afirmó, y que el ahora detenido tenía intenciones de matarse o escapar.
En tanto, la fiscal María Paula Asaro informó en un comunicado que no se descarta que entre Bergantiños y el acusado, que es el esposo de la mejor amiga de la víctima, “hubiese una relación de pareja alternativa”.
Según el comunicado de la Fiscalía de Instrucción 39 que dirige Asaro y fue difundido por el sitio fiscales.gob.ar, Santa Marinha “pasó a estar imputado por la declaración testimonial de dos amigos, quienes relataron que les confesó ser el autor del crimen”. “Fue luego del velorio de Celina, que tuvo lugar el lunes en Quilmes. De los testimonios recogidos por Asaro y su equipo se desprende que Santa Marinha los citó el lunes por la noche en una estación de servicio YPF de la avenida Fair, en Monte Grande”, se informa.
La confesión de Santa Marinha fue “dentro de la camioneta” de uno de los testigos, donde el acusado “rompió en llanto y dijo ‘la maté, la maté’”, detalla el comunicado.
Según estas declaraciones testimoniales, los amigos primero creyeron que Santa Marinha había matado a su esposa, Romina, pero el propio imputado les aclaró: “No, a Celi”, en referencia a Bergantiños, la chica cuyo asesinato había trascendido ese día por los medios.
Los amigos declararon que primero no le creyeron, le preguntaron si les estaba haciendo una broma y el acusado, entre otras frases, les dijo: “No, la maté yo, la maté yo. No sé qué hice. Me mandé la cagada de mi vida”.
Sobre el móvil del crimen, Santa Marinha contó en esa confesión que a su esposa Romina le había faltado una calza en el local de indumentaria que tiene en Monte Grande y que él luego descubrió que la prenda estaba en la casa de Celina.
Según consta en las declaraciones, los propios amigos de Santa Marinha no creyeron que ése fuera el móvil. Uno de ellos le dijo: “Miguel, nadie mata por una calza” y el otro le preguntó si había tenido “algo” con Celina, lo que el ahora detenido negó.
Sobre este punto, la fiscal Asaro sostuvo en el comunicado que “frente a lo inverosímil que resulta, hasta el momento, el móvil invocado por Santa Marinha para perpetrar el ataque a la víctima (la supuesta sustracción de las calzas del local), los investigadores no descartan la posibilidad de que entre la víctima y el imputado hubiese una relación de pareja alternativa”. Lo que les negó a sus amigos es que él hubiese ido a robar, pero reconoció que dejó tirada o abandonada en un garaje una mochila, por lo que allí podrían estar la notebook marca Asus, el juego de llaves, el celular y las tarjetas bancarias que se llevaron de la escena del crimen. “Miguel entregate, esto no es algo que vos robaste una bicicleta y mañana la causa se archiva. Esto es un asesinato, entregate”, le dijo uno de sus amigos.
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