Anoche, un día y medio después de iniciado el incendio en Iron Mountain, los bomberos seguían trabajando en el depósito de Barracas. El fuego persistía debajo de las chapas del techo que, caídas, hacían de paraguas y evitaron que el agua de la lluvia lo apagara.

El ir y venir de patrulleros, dotaciones de bomberos y móviles de tránsito, ayer por la tarde, era incesante. Bomberos voluntarios de La Boca, Regimiento de Patricios, Dock Sud, San Francisco Solano y Almirante Brown son algunos de los destacamentos de bomberos voluntarios que se acercaron para ponerse a disposición del operativo.

Los expertos señalaron que el fuego está “circunscripto” y por tanto controlado, pero debajo de los escombros persisten lo que denominaron “ollas de fuego”, con cavidades donde siguen activas las llamas y que sólo podrán ser extinguidas luego de la remoción de hierros y mampostería que actúan a modo de “escudo” contra el agua.

Hasta tanto no se retiren los escombros, los bomberos se encuentran abocados a atacar el fuego desde diferentes ángulos, por lo que las dotaciones van y vienen por Quinquela Martín y Jovellanos.

Por algunos momentos el humo se disipaba, pero por otros “la llama da en algún lugar determinado y por eso la humareda y el olor intenso regresan”, explicaban ayer los bomberos.