El libro de los seres imaginarios fue publicado por primera vez en 1957, como Manual de Zoología Fantástica, por el Fondo de Cultura Económica en México. El trabajo fue hecho por Jorge Luis Borges en colaboración con Margarita Guerrero. Es una recopilación de seres extraños que han surgido de la imaginación humana, en distintas culturas, religiones o en obras de la literatura universal. Uno por uno, se cuenta el origen de los 116 animales o personajes fantásticos, desde el dragón al unicornio, desde el centauro al basilisco, recreado en clave de humor por el Negro Fontanarrosa en su Inodoro Pereyra.

Algunas de las criaturas provienen de la mitología, otras de doctrinas y otras de la creatividad de algunos autores como Lewis Carroll, Franz Kafka, H. G. Wells o Gustave Flaubert. Sobre el dragón, Borges escribió que el tiempo “ha desgastado notablemente su prestigio”, al punto, de que se ha convertido en “el menos afortunado de los animales fantásticos” porque fue contaminado “por la puerilidad de las historias sobre hadas”.

En el libro se recrea la fauna fantástica y se les da nueva vida a relatos olvidados. “Los animales gloriosos que pueblan este hermoso libro –escribió Carlos Mastronardi– son reales en cuanto los engendran la admiración, el temor o el apetito de magia que alienta en los hombres.”