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Inés, la amiga íntima
Inés Ongay conocía a María Marta desde hacía 40 años. El vínculo afectivo (conoció a toda su familia) le dificulta la frialdad de una hipótesis. Por eso, sus sospechas “son desde el corazón y desde el sentido común”, le dijo a Página/12. Inés contó como testigo una conversación que mantuvo con Pichi Taylor respecto de la ausencia de autopsia y de denuncia policial. “Es lo que nos pidió el Gordo (por Carrascosa) –le dijo Pichi–. Una denuncia te dispara una investigación para el lado del suicidio o del asesinato.” “Una puede entender –dijo Inés– que el familiar directo esté en estado de shock. Pero acá, todo el grupo asumió una conducta bajo los efectos de un shock colectivo, tan colectivo que no existe.” Tampoco entiende la negativa a las extracciones de sangre. “Si hay sospechas, lo primero que tienen que hacer es ofrecerse a la extracción para limpiar dudas y que el caso no quede frenado.” “De la familia hubiera querido escuchar que exigía justicia para María Marta. Pero nunca los escuché. Siempre estuvieron a la defensiva.” Por eso, Inés, Susan Murray y un grupo de voluntarias de Missing Children y la Red Solidaria tomaron la iniciativa para evitar el cierre del caso: convocaron para mañana, a las 19, en el cementerio de la Recoleta, a una vigilia con velas por María Marta.
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