La Justicia ordenó sacar a Musa Azar de la Unidad Regional de La Banda donde está detenido y pasarlo a una delegación de la Gendarmería Nacional para controlarlo. Desde hace días, el ex comisario está amenazando a los gritos nada menos que a los tres policías que confesaron su participación en los crímenes, que lo acusaron y que, además, están detenidos a unos metros de él.
La prisión de Musa Azar parece una pesadilla. Desde su detención, cambió dos veces de celda: pasó de la oficina del subcomisario de la seccional de La Banda a una celda minúscula, de dos por dos, ubicada en la Unidad Regional Nº 2 de esa misma ciudad. Allí está desde hace poco más de una semana. Comparte el centro de detención con los tres policías procesados por la muerte de un ganadero y testigos clave del caso La Dársena. Desde el sitio donde está alojado, Musa Azar no consigue estar tranquilo: “Está a los gritos, desesperado”, decía ayer una de las fuentes del juzgado.