SOCIEDAD
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Un caso muy extraño
› Por Raúl Kollmann
¿Una banda enfurecida porque no les pagaron el rescate, los tirotearon y trataron de detenerlos? ¿Un crimen destinado a tirar un cadáver en territorio bonaerense como represalia por el pase a retiro, esta misma semana, de 200 comisarios? ¿Un asesinato perpetrado por una banda amparada por la Bonaerense que resuelve matar al secuestrado porque éste vio o escuchó algo?
La muerte de Axel Blumberg es más que extraña. Se trató de un secuestro de poca monta, en el que los delincuentes habían arreglado un rescate proporcionalmente bajo: 18.000 pesos. El crimen es desproporcionado, de una inmensa ferocidad.
La versión oficial es que hubo un tiroteo y la banda se vengó matando al joven. Se trata del primer hecho de esta naturaleza, porque hasta el momento ningún secuestrador quiso matar a su víctima, cargándose con uno de los delitos más graves con pena segura de reclusión perpetua y un mínimo de 25 años efectivamente en la cárcel. Lo que suele hacer el secuestrador, cuando se siente cercado, es dejar en libertad a la víctima y preparar el próximo secuestro, no cargarse con un homicidio de esa gravedad. Tampoco resulta del todo creíble que la banda haya ido a cobrar el rescate con un auto que la misma banda robó la semana pasada en el marco de otro secuestro y que los delincuentes sabían que tenía orden de captura. Respuesta oficial: hay integrantes de las bandas que están totalmente jugados, con enormes prontuarios a los que no les agrega nada un asesinato más y muy desequilibrados por la droga. La hipótesis es que, después del tiroteo, discutieron entre ellos y alguno, fuera de sí, mató al joven. No es una banda de gran experiencia en el rubro, secuestra al voleo y que hayan usado el auto robado muestra su improvisación y que no les importaba nada de nada.
Sin embargo, hay otros especialistas que ven manos más tenebrosas detrás del crimen de Axel. “Este asesinato se parece más al de José Luis Cabezas que a cualquier otro. Es una ejecución con un tiro en la sien. Acá se buscó un efecto político y esto tiene que ver con varios movimientos en la Bonaerense. En primer lugar, el pase a retiro de 200 comisarios que se iba a anunciar este viernes. Además, había muchas versiones de que se ponía en marcha una limpieza en las segundas líneas del Ministerio de Seguridad. El mensaje del crimen es que no se debe tocar a los sectores más pesados porque habrá más muertes. Y acá el objetivo era el mensaje, porque ningún secuestrador mata al secuestrado: su objetivo es cambiarlo por plata. En mil secuestros, ésta es la primera muerte de este tipo.” El camarista Fernando Maroto insiste con su diagnóstico: “Distintos presos han denunciado que la DDI de San Isidro ha estado siempre detrás de los secuestros, incluso seleccionando las víctimas. En este caso podría haber ocurrido lo mismo”. A ello hay que agregarle otra hipótesis: Alex escuchó o vio algo que evidenciaba esa relación delincuentes-policías. Ya no lo podían dejar libre. Le pegaron el tiro en la sien.
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