Por M. J.

El fundador de Fathers 4 Justice, Matthew O’Connor, parece tipificar las quejas de los padres. De 37 años, consultor publicitario, O’Connor se sumergió en una odisea legal a partir de que su mujer inició los trámites de divorcio en enero de 2000. En medio del envenenado clima emocional de las separaciones, el juez dictaminó que O’Connor no tenía “fundamentos legales para el contacto” y que debía “agradecer” las horas que le concedía el juez. Cuando el consultor apeló para tener más de 80 horas por mes para ver a sus dos hijos, el juez le redujo el tiempo a ocho horas y en una segunda instancia a cuatro. Según O’Connor, la palabra de su esposa, quien aseguraba que sus visitas perturbaban emocionalmente a sus hijos, bastó para determinar el dictamen del juez. Otro miembro del grupo, Alain Williams, señaló que su mujer lo acusó de abusar sexualmente de sus hijos y se negó a cumplir con el régimen de visita que había autorizado el juez. “Ver a mis hijos se convirtió en una pesadilla. Muchos abogados les aconsejan a las mujeres que denuncien a sus maridos de violencia doméstica para ganar la custodia. La culpa la tiene el sistema legal. Los únicos ganadores de esta situación son los abogados”, indicó a la prensa Williams.