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La Justicia que no escucha
Mujeres golpeadas, Justicia de segunda. Podría ser el resumen de un trabajo de Unicef que reveló el trato discriminatorio que sufren las mujeres porteñas que se animan a denunciar maltratos. Tras el análisis de un centenar de casos, se concluyó que estos procesos judiciales están signados por “la informalidad y la arbitrariedad”. Además, el relevamiento destaca que los jueces “evitan” adoptar medidas protectivas y delegan en un funcionario de menor jerarquía, “sin formación jurídica”, la audiencia entre victimario y víctima.
“El metamensaje que recibe el victimario a través de esta delegación es que, para la Justicia, los hechos de violencia por los que es denunciado constituyen un tema de menor importancia”, afirma el estudio y asegura que, de esta forma, “los procesos judiciales no logran proteger a la víctima ni quebrar el círculo de la violencia restableciendo la paz familiar”.
El relevamiento de Unicef, que se centró en casos de la Justicia porteña posteriores al 1° de enero de 1998, afirmó que los tribunales de la Capital Federal “desconocen la letra” de instrumentos internacionales que protegen los derechos de las mujeres y destacó que por la ausencia de un abogado defensor que se encargue de seguir el expediente la causa no avanza. “Pasmosa lentitud”, dice la investigación sobre el ritmo de los casos de violencia doméstica y, sobre el camino de las mujeres que se animan a denunciar, es contundente: “Alta tasa de deserción”.
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