–En todo el mundo el matrimonio homosexual tiene mucho mayor aceptación en la sociedad que la posibilidad de la adopción. ¿A qué se debe?
–Es indiscutible que la igualdad del individuo está adquirida en Europa, ni los más conservadores piensan en volver a penalizar la homosexualidad. La cuestión de la pareja ya es más complicada. Y luego el último punto es el de la filiación. En un nivel de sensibilidad y de complejidad, se acepta todo para el individuo, casi todo para la pareja y se acepta poco la filiación. Hay una confusión bastante generalizada entre filiación y reproducción, como si efectivamente se necesitaran un esperma y un óvulo para crear una filiación. Por otro lado, existe el fantasma de que una pareja homosexual que adopta un hijo o una pareja de lesbianas que se insemina artificialmente va a crear una persona homosexual. Ahora bien, la filiación y la reproducción siempre estuvieron separadas: el ejemplo más clásico es la adopción, o las familias monoparentales. El argumento de que creen hijos homosexuales no es fundado, porque los estudios muestran que de las parejas homosexuales salen hijos hétero y homosexuales, y los hijos homosexuales también han salido de parejas heterosexuales. Pero imaginemos que fuera así: tampoco me parece que sea una función del Estado crear heterosexuales. Debe crear individuos autónomos, libres. El Estado que promueve un tipo de categoría puede ser considerado racista, sexista u homófobo.