SOCIEDAD
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Respetar, no avasallar
Por Diego Kravetz*
El aumento de embarazos no deseados de adolescentes iniciadas sexualmente de manera temprana, el preocupante incremento de los casos de contagio de enfermedades de transmisión sexual en los menores y una liviana concepción del sexo, que muchas veces es vivido como algo extraño y ajeno, evidencian que la sobreabundancia de información no garantiza el conocimiento básico, correcto y concreto que toda persona debe tener acerca de su sexualidad. No debemos caer en el juego de los que intentan confundir a la opinión pública con la falacia de mostrar a la educación sexual como incompatible con las creencias religiosas. Nuestro proyecto no las avasalla, sino que las respeta y las complementa.
Los opositores a una ley que garantiza el acceso a la información sobre sexualidad olvidan que la misma es amplia y abarcadora, y que excede holgadamente el concepto de genitalidad. El ser humano desarrolla su sexualidad desde su nacimiento, y es obligación del Estado acompañarlo. Entiendo que la educación empieza en el hogar y que los padres ocupan un rol preponderante, pero ¿qué hacemos con los chicos que son abusados por sus padres y lo viven de forma natural? ¿Quién será el encargado de explicarles que sus partes íntimas les pertenecen y que sólo deben ser tocadas por razones médicas o de higiene? La respuesta es simple: el Estado, promoviendo una concepción positiva de la sexualidad y fomentando el cuidado responsable del cuerpo propio y ajeno.
Según datos oficiales, el 47 por ciento de los alumnos secundarios ya se inició sexualmente y sólo el 30 por ciento usa preservativos. Más del 50 por ciento de las porteñas de 14 a 19 años nunca se hizo un control ginecológico y, de los abortos porteños, el 40 por ciento corresponde a menores de 20 años. No podemos ignorar esta realidad.
Desde la política debemos propiciar la apertura mental de aquellos que, sin escuchar razones, se niegan a considerar cualquier propuesta que contenga la palabra sexualidad, a pesar de que nuestro proyecto hable del amor y del cuidado por el otro. Es hora de dejar atrás arcaicos tabúes que sólo consiguen descuidar a nuestros niños y adolescentes y alejar al Estado de las personas cuyos derechos debe proteger.
* Legislador porteño, presidente del Bloque Frente para la Victoria.
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