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El nuevo contrato con las recolectoras de residuos permitió al gobierno porteño comenzar a pagarles a las empresas “por área limpia”, en vez de “por tonelaje”. Antes, los camiones transportaban la basura hasta el campo de la Coordinación Ecológica Area Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), donde les abonaban de acuerdo con el peso de la carga. Pero así “premiábamos la generación de basura”, contaron desde la Secretaría de Medio Ambiente porteña, porque “las que recolectaban más, cobraban más”. Con el nuevo sistema, “reciben un cánon fijo mensual independientemente de la cantidad que junten. Además, establece un presupuesto más ordenado”.
Estas acciones se enmarcan en el plan Basura Cero, que se trata de “una campaña educativa, de cambio de hábito para que la población saque la basura en horario, para que se aprenda que la separación es muy importante para producir menos basura”, dijo el titular de Medio Ambiente, Eduardo Epsztein. Hasta ahora, en Retiro funciona un galpón donde 80 recuperadores urbanos de la cooperativa El Ceibo tratan los residuos reciclables de Palermo. Hacia mediados de este año, el gobierno porteño abrirá una usina en el barrio de Flores para poder ampliar el sistema de reciclado en la ciudad.