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El Gobierno ya tiene redactado el proyecto de ley que disolverá la Policía Aeronáutica Nacional (PAN), fuertemente cuestionada por su inacción frente a un caso de contrabando de droga detectado en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. El presidente Néstor Kirchner reemplazará a esa estructura militar, dependiente de la Fuerza Aérea, por otra fuerza de seguridad aeroportuaria que estará bajo la órbita del Ministerio del Interior. En el ínterin, las funciones propias de la PAN quedarían provisionalmente en manos de la Gendarmería Nacional.
El texto del proyecto de ley se terminó de pulir ayer en un encuentro en la Casa Rosada del que participaron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ministro del Interior, Aníbal Fernández; el ministro de Defensa, José Pampuro, y el secretario de Asuntos Militares de esa cartera, además de actual interventor de la PAN, Jaime Garreta.
El proyecto quedó en manos del secretario de Legal y Técnica, Carlos Zanini, quien hoy acercará su parecer sobre la mejor salida al tema. Dicho de otro modo, recomendará cómo hacer los cambios: si mediante un proyecto de ley, que se enviará al Congreso, o si se apelará a un decreto de necesidad y urgencia (DNU). Para varios inquilinos de la Casa Rosada, esta última alternativa está descartada.
Los cambios se conocerán hoy. El Gobierno analizaba anoche si la información se brindará a través de una comunicación formal o en rueda de prensa. La última que se ofreció sobre el tema la encabezó hace una semana Pampuro y fue, paradójicamente, para manifestar su apoyo al titular de la PAN, el comodoro Horacio Giaigischia, y de la Fuerza Aérea, Carlos Rohde. Días después, ambos militares fueron desplazados de sus cargos.
Kirchner quiere darle a la nueva estructura que reemplazará a la PAN un encuadre como fuerza no militar adscripta a leyes de Defensa Nacional y Seguridad Interior. De esta manera comenzaría a terminarse con la injerencia de la Fuerza Aérea en el control y la coordinación aeroportuaria. Esa facultad había sido dispuesta por el dictador Jorge Rafael Videla, quien por decreto le otorgó a la PAN el papel de “policía de seguridad y judicial”. A partir de ahora, y por el momento, a la FA le quedarán las tareas de control civil del espacio aéreo, más allá de las específicas de defensa, para lo que fue creada.
Los funcionarios barajaron también la creación de una Agencia Federal de Aviación Civil. Como adelantó este diario el último domingo, se encargaría del control de tráfico de aeronaves comerciales y sus aeropuertos, una actividad que hoy está en manos de la Fuerza Aérea.
Concretamente, en el Gobierno quieren que la nueva estructura trabaje coordinadamente con la Aduana, la Administración Federal de Ingresos Públicos, Migraciones y las restantes fuerzas de seguridad. Probablemente se consolide un período de transición. Entre la disolución de la PAN y la puesta a punto de la fuerza en ciernes, las tareas podrían volver a manos de la Gendarmería Nacional, como sucedía antes de 1977.
Durante la gestión alfonsinista, el entonces ministro del Interior, Enrique Nosiglia, también otorgó esas funciones a la Gendarmería. Aunque años después, Carlos Menem desempolvó el decreto de Videla y le restituyó las tareas a la Fuerza Aérea.
Por la extensión de la reunión que mantuvieron ayer los cuatro funcionarios kirchneristas –aproximadamente de media hora– se presume que el texto del proyecto de ley simplemente fue pulido, pero que su contenido ya venía siendo redactado desde el último fin de semana. Página/12 había adelantado en exclusiva la decisión oficial de disolver a la PAN.
El tema fue nuevamente abordado anoche por Kirchner, en un encuentro del que participaron Pampuro, Alberto Fernández y al que se sumó el brigadier Eduardo Schiaffino. Se trata del nuevo conductor de la Fuerza Aérea, tal como se anunció el viernes y se confirmó oficialmente ayer a través de un decreto presidencial.
Los cambios resueltos por el Gobierno mantienen abiertas algunas preguntas. Una es sobre el destino de los 2200 agentes de la PAN. Por su grado de especialización en la tarea específica de control, nadie sabe si serán reabsorbidos por la nueva estructura o si, a partir del descubrimiento de un envío de valijas a España con 60 kilos de cocaína, terminarán siendo definitivamente desplazados, al menos aquellos agentes que ejercían tareas en Ezeiza.
Hay que recordar que el Gobierno, con información aportada en los últimos tiempos por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), venía realizando observaciones sobre el desempeño de la PAN. El caso de contrabando le permite ahora a Kirchner avanzar sin cortapisas en la disolución de la Policía Aeronáutica, obligando a la Fuerza Aérea a concentrarse en su función específica, la defensa nacional.