En España los extranjeros superan ya los tres millones. Y el dinero que envían a sus países no deja de subir: según estudios del Banco de España, en el año 2004 las remesas llegaron al record de 3400 millones de euros, un 18 por ciento más de lo enviado durante 2003. Quienes más dinero mandan a casa son los latinoamericanos, y entre ellos aparecen a la cabeza ecuatorianos y colombianos.
Esa cantidad –que ya desató una guerra de entidades financieras para captar los envíos– es una muestra del lugar que los inmigrantes ocupan en la economía española. “Un dato fundamental –dice Diego Arcos, titular del Casal Argentino en Barcelona– es que América latina ha recibido más dinero de remesas de inmigrantes que de todas las inversiones multinacionales.”
Arcos hace un cálculo que marca el volumen del dinero manejado: “Se considera que los inmigrantes envían un 15 por ciento de sus ingresos a sus países: entonces la cifra que gestionan los inmigrantes es casi 23.000 millones al año. Acá se considera que si un empleado cobra cien euros, la seguridad social sale 50. Entonces los patrones se están ahorrando 11.000 millones que no pagan a la seguridad social. Eso financia la pequeña y mediana industria: los derechos que no les pagan a los trabajadores ilegales. El problema es de una dimensión tal que no se le puede pedir al inmigrante que lo resuelva consiguiendo su contrato”.