Una mezcla de satisfacción y recelo saludó a la instauración del jurado popular. Mientras el penalista cordobés José Buteler la consideró “una aventura importante para el crecimiento de la participación ciudadana”, el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, dijo que “la ciudadanía no está preparada para ser jurado”. En la vereda del medio se ubicó el Centro de Estudio Legales y Sociales, para el que “si no va acompañado de reformas en el sistema judicial, el sistema puede ser perjudicial”, como indicó Andrea Pochak, su directora adjunta.
“Es una experiencia que los argentinos nos debemos desde la Constitución de 1853. Aunque la ley lo manda, nunca se cumplió.” Para Buteler, esto se debe a “uno de los tantos vicios de orden jurídico práctico argentino. Hasta ahora siempre hubo instituciones en contra de mandatos expresos”. Ahora, “hay que ver cómo camina” el juicio por jurados. No obstante, consideró que “siempre es positivo el ingreso del pueblo en la Justicia”. Para el abogado, que representó a la familia Morales, en Catamarca, y a Eduardo Angeloz, los jurados deparan “un aprendizaje”, madurado por “la crítica cotidiana de la opinión pública sobre la Justicia penal”. Y evaluó: “Mientras se haga correctamente, es una aventura importante para el crecimiento de la participación ciudadana”.
En cambio, Arslanian opinó que “es muy difícil implementar la institución del juicio por jurados. Hay que hacer una evaluación cuidadosa de su praxis en los Estados Unidos, desde donde surgen críticas bastante duras”. Por ello, manifestó que “su implantación masiva sería inconveniente”, ya que “la ciudadanía no está preparada para ser jurado”. También evaluó que en cuestiones judiciales “influyen de un modo absolutamente negativo los medios de comunicación”.
La directora adjunta del CELS, en tanto, consideró que este tipo de opinión “es contraria al objetivo de garantizar el acceso a la Justicia. La gente se tiene que sentir representada por los tribunales. No creo que la desvalorización de la población sea el argumento”. Según Pochak, la crítica que se hace a los jurados en EE.UU. es que “demoran mucho el proceso”, dados los criterios de selectividad utilizados. “No podemos comprar un modelo a ciegas. El nuestro ya es muy lento, se fijan audiencias para 2007”. Por eso insistió en la necesidad de una reforma “que fortalezca las garantías penales”.