No hay dudas de que Nenem Nader es un personaje excéntrico. A comienzos de la década del 90 desató un escándalo en la Argentina cuando declaró haber negociado una donación de 40 millones de dólares de los países árabes (10 de parte del líder libio Muamar Kadafi) para la campaña presidencial de Carlos Menem. El hombre que suele mostrarse de impecable traje blanco y zapatos al tono o completamente de negro, se define como ultraderechista y dice ser amigo de Aldo Rico y Mohamed Alí Seineldín. Fue asesor de los narcomilitares golpistas bolivianos Luis García Meza y Luis Arce Gómez y del dictador paraguayo Alfredo Stroessner.
Al entorno menemista ingresó de la mano de Mario Rotundo, con quien dijo haber recolectado el dinero para Menem en Medio Oriente. Durante un almuerzo multitudinario en La Rioja, en 1988, sobre el que informó Horacio Verbitsky en este diario, Nader explicó que los aviones de sus aerolíneas, Belice International Airline y DIA International Airline, que cubrían la ruta Miami-Quito-Bogotá, eran “capaces de aterrizar en las pistas más cortas”, y que los pilotos colombianos y peruanos eran “los únicos que vuelan con cualquier tiempo y pueden bajar en cualquier terreno”.
Por esa época tenía registradas en Miami líneas aéreas, financieras, compañías de turismo y editoriales. En 1991, se lo acusó en esa ciudad de librar cheques sin fondos. Cuatro años atrás, diversos medios españoles daban cuenta de que se lo buscaba por haber dejado un presunto tendal de deudas, luego de comprometer la instalación de la compañía aérea DIA. En ese momento, se recordó, además cargaba con el antecedente de haber defraudado a un banco en Jordania.
Nader llegó a anunciarse como candidato a presidente de República Dominicana, pero su postulación jamás existió. Tiene al menos 16 hijos de “tres matrimonios y varios noviazgos”: uno de los varones se llama Yasser Arafat y otro Kadafi.