Ayer el gobierno porteño efectuó 31 inspecciones en talleres donde trabajaban inmigrantes bolivianos: 11 de ellos fueron clausurados; en tres había irregularidades que no ameritaban clausura; en uno, no se registraron irregularidades. Otros 16 eran locales cerrados o “de actividad inexistente”. En los últimos cuatro días, el gobierno de la ciudad inspeccionó 116 talleres, de los que 52 resultaron clausurados.

Además, la Policía Federal allanó, por “averiguación de reducción a la servidumbre”, un taller de costura en la Villa 31, donde trabajaban “16 personas bolivianas, adultas, algunas de las cuales estaban con sus hijos”, contó Arturo Balsalobre, comisario de la seccional 46ª. Tres personas, dueñas del taller, fueron detenidas pero liberadas al día siguiente, “porque quienes allí se desempeñaban declararon que recibían un salario por su trabajo”, explicó el policía.