SOCIEDAD
¿Podría suceder aquí?
“Este tipo de casos está directamente relacionado con la seriedad del centro médico”, sentenció Guillermo Marconi, director del Instituto de Ginecología y Fertilidad IFER. En el mismo sentido opinó Santiago Brugo Olmedo, director del Cegyr, especializado también en fecundación asistida. “Me parece terrible. Es evidente que hubo un error garrafal: o utilizaron los espermatozoides inadecuados o los óvulos inadecuados. Más raro es que hayan sido embriones inadecuados”, estimó. Para su colega, Nicolás Neuspiller, director de Fecunditas, no hay que descartar que la mujer haya tenido relaciones extramatrimoniales con un hombre de color, mientras se realizaba el tratamiento. “Sé de casos de mujeres que llegan al consultorio embarazadas y no saben quién es el padre de la criatura, si el marido o el amante”, señaló Neuspiller.
Para evitar accidentes como el conocido ayer en una clínica inglesa, los centros locales cumplen rigurosos procedimientos de control. Marconi, por ejemplo, aclaró que en el IFER “no se hacen dos casos simultáneos de fertilización in vitro”. En el Cegyr, en tanto, cuando un hombre lleva su muestra de semen, una enfermera le coloca el nombre en el frasco y en la cajita delante de él. El biólogo escribe el nombre correspondiente en el tubo de ensayo antes de colocar el semen. Del mismo modo, los óvulos se ubican en una cápsula que ya tiene el nombre de casada de la paciente. “En el momento de la inseminación, el biólogo dice en voz alta: ‘insemino los óvulos de la señora de tal con los espermatozoides de tal’. Y otro biólogo chequea que así sea. Cuando se hace la transferencia de embriones, desde el quirófano una enfermera dice por el intercomunicador: está lista la señora de tal, y desde el laboratorio le contestan: mando los embriones de tal”, describió Brugo Olmedo.
En Argentina, los especialistas en fertilización asistida afirman que nunca saltó un “error” semejante al de la clínica británica. La duda es si realmente no hubo ninguno o si por el hecho de ser una población mayoritariamente blanca, si se produjo algún “intercambio” de gametos o embriones en el laboratorio, el accidente pasó inadvertido.