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Activistas de una organización de personas con VIH destrozaron el stand de un laboratorio en protesta por la política de precios altos que mantienen las empresas farmacéuticas, durante la XIV Conferencia Internacional de Sida en Barcelona.
El incidente marcó el punto más alto en el movimiento contestatario que acompaña al evento, y mostró la contracara del anuncio de un nuevo antiviral, ya que el stand atacado pertenece a una de las empresas que lo desarrollaron, la firma Roche. El director del departamento de sida de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Bernhard Schwartlaender, afirmó que “debemos presionar todos para que bajen los precios de los tratamientos”.
Además, la Asociación de Personas con VIH/sida en Asia denunció que “los seropositivos siguen sufriendo formas de exclusión”, y el enviado de Naciones Unidas para el Sida en Africa, Stephen Lewis, advirtió que los sistemas sanitarios y la economía de ese continente están “colapsados” por el sida.
Según los expertos de Onusida (entidad de Naciones Unidas para luchar contra esta enfermedad), la epidemia podría detenerse con unos diez mil millones de dólares por año, pero este año la comunidad internacional invertirá menos de tres mil millones. Morten Rostrup, presidente de la organización Médicos sin Fronteras, calificó como “un crimen contra la humanidad” la actitud de los países ricos al respecto.