En medio de la angustia y desesperación de los damnificados por el terremoto que el miércoles destruyó varias poblaciones del sur del Perú ante la lentitud con la que llega la asistencia a las zonas afectadas y las deficiencias en su distribución, ayer comenzó a arribar al Perú la ayuda enviada desde el exterior. En la noche aterrizó en el aeropuerto militar de Pisco, la zona más afectada por el violento sismo, un avión Hércules de la Fuerza Aérea de Argentina con un cargamento de doce toneladas de carpas, frazadas, colchones, medicamentos y pastillas potabilizadoras de agua. En el avión también llegó un grupo de rescatistas argentinos. La entrega de esta ayuda es coordinada por los Cascos Blancos.

El presidente Alan García, que enfrenta las airadas protestas de los damnificados y las críticas por los problemas en la distribución de la ayuda, expresó su confianza en que la cooperación llegada desde el exterior sirva para atender las demandas de los damnificados. García anunció que el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, viajará al Perú el domingo para expresarle personalmente su solidaridad ante esta catástrofe. “El presidente Uribe está enviando un buque cargado con ayuda”, expresó García ante la prensa. El gobierno peruano mantiene muy buenas relaciones diplomáticas con el gobierno derechista de Uribe, al tiempo que está enfrentado a presidentes como Hugo Chávez y Evo Morales. Sin embargo, el presidente peruano agradeció el llamado que le hizo el presidente Chávez para ofrecerle su ayuda y señaló que el primer gobierno en enviar asistencia fue el de Evo Morales.

Países como Brasil, México, Ecuador, Estados Unidos, Canadá, así como la Unión Europea, también comenzaron a enviar ayuda humanitaria.