Dom 28.12.2003
cash

Móvilizados

› Por Fernando Krakowiak

Desde sus inicios el teléfono operó como un símbolo de diferenciación social. Era un servicio costoso que sólo poseían las familias más pudientes del barrio. Aquellas que vivían en las mejores casas, tenían auto y podían irse de vacaciones. Las propiedades en venta se cotizaban más altas si incluían teléfono y hubo quienes esperaron varios años para poder tenerlo. Luego el servicio se extendió en las grandes ciudades debido al aumento de las inversiones y al desarrollo tecnológico. Sin embargo, con la crisis las costumbres comenzaron a cambiar. Los celulares fueron funcionales a las nuevas necesidades de ahorro hasta convertirse en un servicio de alcance masivo. Durante este año se habilitaron más de 1 millón de líneas, mientras que los teléfonos hogareños se mantuvieron estables luego de las 422 mil desconexiones del año pasado. En enero los móviles superarán a los fijos por primera vez en la historia, en el marco de una modificación de las pautas de consumo luego del colapso, que ya llevó a 1,3 millón usuarios a prescindir del teléfono fijo en sus casas para ahorrar costos controlando los gastos telefónicos a través del celular.
La penetración celular alcanza al 20 por ciento de la población, porcentaje que ubica a Argentina levemente por arriba de Brasil, por debajo de Chile donde existen 34 celulares cada cien habitantes y muy lejos de naciones desarrolladas como Noruega o Finlandia, donde hay más de un celular por persona. Algunas proyecciones privadas indican que Argentina podría duplicar el número de líneas móviles en los próximos cuatro años hasta alcanzar los 15 millones de aparatos si la economía sigue creciendo. En este segundo semestre la tasa de crecimiento anualizada alcanzó el 29 por ciento impulsada por una impresionante campaña publicitaria. Se están habilitando en promedio 164 mil líneas por mes, recuperando niveles de expansión previos a la crisis.
Para Guillermo Rivaben, director de Marketing de Personal, “la expansión se debe a la mejora en las expectativas y al fuerte retraso que experimentó el mercado en los últimos dos años”. Muchas de las líneas activadas habían sido dadas de baja durante 2002. En esos casos alcanzó con sacar el celular del placard y volver a pedir la conexión para estar habilitados, pero también hay un crecimiento genuino de más de 600 mil unidades por sobre el pico histórico de 7 millones alcanzado en agosto de 2001. Esos nuevos usuarios han tenido que comprar el teléfono, ya que, a diferencia de la década del ‘90, los aparatos no se otorgan en comodato para evitar una sobreexpansión ficticia del mercado que se derrumbaría fácilmente ante un nuevo cimbronazo.
Más allá de las mieles que genera el crecimiento, el 70 por ciento de los clientes celulares utiliza el servicio prepago con tarjeta para controlar gastos. Son usuarios gasoleros que consumen 30 pesos por mes en promedio, un tercio de lo que paga la cartera regular de clientes abonada a los servicios pospagos de las distintas compañías, pese a que el minuto con tarjeta suele ser hasta un 92 por ciento más caro que el ofrecido en los abonos mensuales de más de 1000 minutos libres. En muchos casos, los usuarios optan por el celular prepago para evitar el pago de un abono y sólo utilizan el teléfono en caso de emergencia o para recibir llamados. En las empresas reconocieron a Cash que el prepago es una práctica extendida entre los sectores populares que abandonaron el teléfono fijo, ya que para volver a conectar una línea hogareña deben pagar 160 pesos sólo de instalación, siempre que la red llegue hasta el barrio donde se realiza el pedido.
Otra alternativa para los más pobres ha sido el Port Hable, un teléfono inalámbrico ofrecido por la empresa Hutchinson Whampoa en el noroeste del conurbano que funciona en un radio muy acotado gracias a una antenabarrial y no exige el pago de abono previo. El reemplazo del teléfono de línea por el celular también estuvo impulsado por las personas que viven solas, porcentaje que en Capital Federal bordea el 20 por ciento de la población.
El creciente peso de los celulares gasoleros se evidencia en la caída de la facturación global del sector. Según proyecciones de la consultora Prince&Cooke, pese a que entre fines de 2001 y 2003 hubo un importante crecimiento de líneas móviles, la facturación cayó de 2860 a 2440 millones de pesos. La austeridad del mercado también queda reflejada cuando se analiza el consumo de los servicios de valor agregado que ofrece la telefonía celular. Las empresas publicitan la posibilidad de hablar en conferencias tripartitas, mandar mails, navegar por Internet, sacar fotos a color y transmitirlas, pero casi toda su facturación se concentra sólo en el servicio de voz. Según la encuesta realizada por Prince&Cooke, apenas el 6,6 por ciento de los usuarios de celulares envía mails a través de su aparato, el 20 por ciento tiene un equipo PDA y dentro de ese porcentaje sólo el 6,8 por ciento navegó por Internet a través de su celular.
La opción de sacar fotos ni siquiera está contabilizada, pues su uso es escaso ya que está disponible desde hace pocos meses, cuando se comenzó a expandir la tecnología GSM (Global System for Movile Communications) en la cual están invirtiendo Personal, Unifón y CTI. Además, el costo de un teléfono de última generación puede llegar a los 1800 pesos poniendo una barrera fuerte a su expansión.
Por lo tanto, el vuelco hacia la telefonía celular responde más a cuestiones de comodidad y control de gasto que a los tentadores recursos tecnológicos que difunden las publicidades. Lo que sí aumentó es el tráfico de las llamadas. Según datos de la Comisión Nacional de Comunicaciones, entre enero y octubre de este año la cantidad de llamadas realizadas desde celular crecieron un 33 por ciento debido a la mayor cantidad de unidades.
Los analistas consultados por Cash coincidieron en que los celulares continuarán aumentando y eso se reflejará en el tráfico, pero no creen que el teléfono fijo pierda demasiado terreno en el corto plazo. Para ello los operadores deberían bajar sus tarifas como hizo la empresa celular Hutchinson en Paraguay cuando decidió avanzar sobre el mercado controlado por la empresa estatal de telefonía fija. Pero en Argentina, las compañías Personal y Unifón pertenecen a Telecom y Telefónica respectivamente. Por lo tanto, es difícil esperar una competencia por ese lado. La única empresa que hasta el momento decidió darles batalla a los grandes operadores de telefonía fija ha sido Movicom quien recientemente lanzó un servicio que permite hablar con tarifa económica desde el celular cuando el usuario se encuentra en su casa, pero los precios siguen siendo elevados cuando se sale del hogar. Por lo que más que un avance sobre la telefonía fija es una conversión del celular en fijo para competir de visitante. No obstante, más allá de las opciones empresarias y el desarrollo tecnológico, en el país se terminará imponiendo el dispositivo que mejor se complemente con las estrategias de supervivencia que suelen desplegarse por estas pampas.

Subnotas

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux