LA EMPRESA ESTATAL DE ENERGíA (ENARSA)
DEBATE
Daniel Montamat
(ex secretario de Energía)
“Es una construcción mediática porque hubo un problema energético”
Alberto Müller
(Plan Fénix)
“Es una ventana para la participación del Estado en el sector”
Por Fernando Krakowiak
En los próximos días, la Cámara de Diputados tratará el proyecto de creación de la empresa estatal Enarsa con la que el Gobierno busca intervenir en el mercado energético. La iniciativa, que ya cuenta con media sanción del Senado, ha generado una fuerte polémica entre quienes desconfían del Estado empresario y quienes lo reivindican. A su vez, su condición de sociedad anónima les genera rechazo a los que sospechan una futura privatización y las amplias facultades que se le otorgan hacen dudar sobre su efectividad. Para debatir sobre la incidencia que podría tener una empresa estatal en el mercado energético, Cash convocó a Daniel Montamat, ex secretario de Energía de la Alianza y consultor de empresas, y a Alberto Müller, coordinador académico del Plan Fénix. Desde la vereda promercado, Montamat afirmó que Enarsa se impulsa para disimular “la falta de una estrategia” y pronosticó que si el proyecto no se modifica, “en algunos años se la va a condenar al entierro”. Desde la vereda de enfrente, Müller también planteó dudas sobre los alcances de la iniciativa, pero destacó que “una empresa estatal bien administrada será una herramienta útil para intervenir en el sector”.
¿Es necesaria la creación de una empresa estatal de energía?
Daniel Montamat: –Si este año no se hubiera manifestado una crisis energética hoy no estaríamos hablando de Enarsa. Es una empresa asociada a una construcción mediática que se hizo para disimular la falta de una estrategia y los problemas derivados de la indefinición de reglas y la pesificación asimétrica en los precios de la canasta energética. Se la presentó como la respuesta estratégica del Gobierno a todos los problemas que tiene el sector de energía, algunos heredados de la década del ‘90 y algunos propios. Así se convirtió al instrumento en una suerte de fin. Enarsa es la estrategia energética. Si surge como está en el proyecto, en unos años se la va a condenar al entierro por el fracaso para resolver problemas que nunca estuvo en sus posibilidades resolver.
Alberto Müller: –El episodio de restricción energética de comienzos de año nos mostró un mercado fuertemente oligopolizado en la oferta de gas y un gobierno con respuestas oscilantes que evidencian una falta de estrategia. Enarsa pareciera ser una reacción frente a ese oligopolio, pero la impresión que uno tiene es que hasta ahora no hay una decisión clara de cambiar la política energética. Lo que rescatamos en el Plan Fénix es que Enarsa abre una ventana de discusión acerca de la participación del Estado en el sector energético. Comparto que no se puede sobrecargar de objetivos a una compañía porque no puede no llegar a cumplirlos y eso termina en una frustración que deslegitima el accionar estatal. Pero una empresa estatal bien administrada sería una herramienta útil para intervenir en el sector de hidrocarburos.
D.M.: Yo no tengo prejuicios con el tema de tener una empresa estatal con un objetivo específico que interactúe en el sector. Creo que tampoco le mueve el amperímetro al resto de los actores del sector. El fundamentalismo del Estado nos llevó a un caos y el fundamentalismo de mercado nos llevó a otro caos.
A.M.: –No creo que Argentina haya tenido fundamentalismo del Estado en los últimos 30 años. Creo que tenemos que salir de esa idea de que tuvimos políticas oscilantes en Argentina. Desde mediados de los ‘70, Argentina estuvo embarcada en un sentido determinado y si tuvimos un comportamiento oscilante fue porque ese sentido no fue muy bueno que digamos.
D.M.: –Yo insisto en lo de fundamentalismo del Estado porque en YPF lo padecí. YPF era una empresa que estaba sometida a pérdidas permanentes porque le intervenían los precios y los costos. El hecho de tener a YPF atrapada como un monopolio débil formó parte de un prejuicio que le imposibilitó interactuar como un jugador más, con capital estatalmayoritario, en esquemas de funcionamiento de mercado como lo hace Petrobras. El drama de Argentina en estos últimos 30 años ha sido el peor de todo los mundos. Un mundo donde se han encontrado las fallas del mercado con las fallas del gobierno.
¿Enarsa podrá competir y regular el mercado al mismo tiempo?
A.M.: –La función de una empresa no es regular el mercado. El que tiene que intervenir si hay distorsiones o precios excesivos es el Estado. Creo que en este punto hay una confusión de roles que no es conveniente.
D.M.: –El mercado tiene que tener como contrapartida a un Estado eficaz que fije reglas, pero esto se hace viendo lo que hay que corregir de los marcos regulatorios para mejorar los controles y la competencia.
¿Qué incidencia puede tener Enarsa en un país donde los pozos petroleros están privatizados?
A.M.: –A la empresa se le entrega por ley la explotación de todas las reservas off-shore que pudiera haber. Todo lo demás está bajo jurisdicción provincial. Por otra parte, no se regula como se van a explotar estas reservas. Hay quienes argumentan que hay una especie de privatización en cierne de las reservas off-shore porque como no hay ningún tipo de limitación acerca de cuál va a ser la propiedad estatal cualquier emisión de acciones para financiar la exploración off-shore puede convertir a esta empresa en una compañía privada.
¿No se puede revisar la legalidad de algunos pozos concesionados?
A.M.: –Es un tema a analizar porque hay quienes sostienen que las concesiones fueron otorgadas en forma no legal.
D.M.: –Así hubiera una decisión de revisar esas concesiones, que llegan hasta el 2016, las que tendrían que otorgar las nuevas concesiones son las provincias porque son las poseedoras del dominio de los hidrocarburos. Por eso a Enarsa le entregaron la concesión de los proyectos exploratorios off-shore.
¿Enarsa está en condiciones de explorar off-shore?
D.M.: –Tengo una propuesta mucho más simple y mejor que despeja las sospechas de que a través de Enarsa se pueda privatizar la exploración off-shore. Estamos perdiendo los precios excepcionales para lanzar una oferta exploratoria para esas áreas que son de alto riesgo minero. La oferta exploratoria tendría que ser en este momento extendiendo a las cuencas de alto riesgo el régimen impositivo de la minería, y si hay nuevos descubrimientos comercializables en las zonas de alto riesgo ese petróleo no debería tener retenciones, porque así permito evaluar esa inversión exploratoria con la referencia de precios internacionales para competir con Brasil, que está ofreciendo eso. Una empresa estatal creada con un objeto específico podría competir o asociarse con eventuales oferentes de ese proyecto.
A.M.: –Dudo mucho de que una empresa creada ahora esté en condiciones de hacer explotaciones off-shore. Sería una especie de socio simbólico. Con respecto a la coyuntura, hay que ver cuánto tiempo va a durar el precio del petróleo a 50 dólares. Si vino a quedarse habrá que discutir seriamente la posibilidad de una explotación off-shore.
¿Usted qué cree?
A.M.: –Mi impresión es que el precio va a bajar.
D.M.: –Yo coincido contigo. Por eso estamos perdiendo el momento.
A.M.: –Pero nadie se va a meter por un precio del petróleo que hoy está a 50 dólares por conflictos en Nigeria, Irak y Rusia para que después el precio baje a 35 dólares y eso deje de ser rentable.
D.M.: –A 35 dólares todavía puede ser rentable. Este es el momento de convocarlos. Otros países lo están haciendo. Aunque coincido en que para esta oferta exploratoria tampoco hace falta Enarsa. Entonces me van obligando a decir para qué hace falta Enarsa.A.M.: –La discusión de Enarsa no es coyuntural. Si el Gobierno metió el tema Enarsa por una cuestión coyuntural hay que sacarlo de esa discusión porque no tiene sentido. La creación de una empresa del Estado tiene que ser una decisión de carácter estratégico.
D.M.: –A Enarsa la impulsaron porque hubo un problema energético.
A.M.: –Vamos a darle al Gobierno el beneficio de la duda. Evidentemente hay distintas orientaciones, aun dentro de los gobiernos, y puede haber gente que este pensando en un proyecto de mediano plazo. Nosotros rescatamos la ventana que significa la apertura de esta oportunidad.