INVESTIGACION: IMPORTACION DE BIENES DE CAPITAL
Disfraz de máquinas
La actual legislación permite a importadores ingresar como máquinas a artículos de consumo durable para el mercado interno.
Por Alejandro Bercovich
Cuando economistas y funcionarios se refieren al fuerte incremento de las importaciones en la primera mitad del año, su comentario preferido es que la suba del 72 por ciento en ese rubro se debe al cada vez mayor ingreso de bienes de capital, incentivado por la reactivación del agro y la industria. Pero en los primeros puestos del ranking de supuestos “bienes de capital” importados se cuelan artículos de consumo durable como teléfonos celulares, computadoras o CD vírgenes. Y no se trata sólo de un error estadístico: la legislación argentina permite a los importadores disfrazar de máquinas a ciertos productos para el mercado interno, que entran al país con ventajas arancelarias sólo aplicables en otras naciones a muy pocos bienes estratégicos.
Según datos de la consultora Nosis, que registra en tiempo real los movimientos aduaneros de todo el país, entre enero y junio se importaron teléfonos celulares por 458 millones de dólares. Más de la cuarta parte entró sin pagar arancel por venir de Brasil, cuya Secretaría de Comercio Exterior reconoció un incremento del 788 por ciento en esos envíos. Por un convenio con la Aladi, además, los terminales traídos de México también abonaron un arancel cero, pese a que en Argentina hay varias plantas para producirlos. A diferencia de los productores de calzado o de lavarropas, las multinacionales que fabrican los modernos aparatitos no protestan ante el Gobierno, porque la beneficiada es una filial vecina de la misma empresa. En cambio, los celulares que llegaron de Suecia y Finlandia tuvieron menos suerte y pagaron el arancel extra-Mercosur correspondiente, que asciende al 19 por ciento del valor declarado. Eso sí, ninguno abonó la denominada Tasa de Estadística, del 0,5 por ciento, de la que los exceptúa el decreto 690/2002 por entrar en la categoría “Bienes de Informática y Telecomunicaciones”.
El decreto 690 introdujo tras la devaluación un reintegro del 14 por ciento para los productores nacionales de maquinaria industrial, ante la evidencia de que el régimen especial de importación de bienes de capital nuevos sin arancel los enfrentaba a una competencia desigual con sus colegas extranjeros. El régimen que se buscó compensar, que data del año 2000, apunta a fomentar la alicaída inversión en activos fijos, y permite a los empresarios de cualquier rama fabril encargar máquinas al exterior y traerlas sin pasar por la caja de la Aduana, al tiempo que los habilita para traer más tarde hasta un 5 por ciento de su valor total en repuestos. El principal requisito es que los aparatos estén destinados a levantar una nueva fábrica o ampliar una ya existente. No obstante, según pudo establecer Cash, varios despachantes de aduana ingresaron gratis al amparo de ese régimen varios embarques de electrocutadores de insectos para carnicería, máquinas de café para oficinas y heladeras-góndola para supermercados. Aunque por su uso económico podrían pasar por bienes de capital, el régimen especifica claramente que los compradores que quieran aprovechar sus ventajas deben ser “empresas industriales productoras de bienes tangibles”.
“Es fácil hasta desde el punto de vista burocrático importar máquinas al cero por ciento de arancel. Para pagarnos los reintegros a los productores locales nos exigen hasta la nómina completa de empleados y sus datos personales, pero para entrar del exterior se muestra el pedido al proveedor extranjero, se acredita identidad y constancia de pago y se retira el paquete”, se quejó ante Cash el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos, Manfredo Arnheit. Los técnicos de la Secretaría de Industria suelen recurrir a las cámaras empresarias para verificar que los artículos importados bajo regímenes de fomento no vengan a competir con otros fabricados en el país. Y en repetidas oportunidades debieron rechazar pedidos de compañías que pretendían ingresar caños o herramientas manuales simples sin pagar arancel.
El caso de las computadoras es de más difícil rastreo porque los países de origen casi nunca coinciden con los puertos de procedencia. En el ranking de Nosis de los 100 artículos que más se importaron durante el primer semestre figuran cinco posiciones arancelarias distintas que comparten la descripción de “máquinas automáticas para tratamiento o procesamiento de datos y sus unidades”. Cada uno de esos cinco ítems del nomenclador se anotó entre 10 y 15 millones de dólares en importaciones entre enero y junio últimos, incluyendo repuestos e insumos informáticos de toda clase, algunos descartables o utilizables sólo una vez, como los CD vírgenes.