Domingo, 10 de julio de 2005 | Hoy
LA CRISIS, PROYECTOS DE PYMES Y ASOCIACIóN DE EMPRENDEDORES
El Paraguas Club es una asociación civil de asesoramiento a microemprendimientos. Qué cambió de la crisis a la etapa de recuperación.
Por Cledis Candelaresi
La gran diferencia entre encarar un emprendimiento a mediados de los noventa y en la actualidad es que el mercado se redujo. A esa conclusión arribó Leo Socolavsky después de casi una década frente al Paraguas Club, una asociación civil que actúa de consultora para microemprendedores. Por caso, libros para abrazar, textos infantiles con tapas acolchadas, o un núcleo de arquitectos devenidos en prósperos artesanos son algunos ejemplos de nuevas pymes que pudieron capear el temporal trabajando en la legalidad, con poco capital, y a pesar del crédito poco accesible.
Ustedes empezaron la actividad en 1996, dos años antes de la última recesión. ¿Cuál es el cambio estratégico fundamental para encarar un microemprendimiento o hacerlo sustentable respecto de entonces?
–Se perdió la cultura del trabajo y se revirtió la pauta de que si se estudiaba o trabajaba se conseguía lo que se necesitaba. Antes con un poco de ingenio, habilidad y plata todo funcionaba. Existía la idea de que la prosperidad de las grandes empresas derramaba beneficios al resto. Luego, el mercado se fue retrayendo tanto que obligó a cambiar el modo de ver las cosas e hizo necesario armar un plan de negocios hasta para instalar un kiosco en la esquina. También se pasó del individualismo acérrimo a la idea de que solo no me salvo. Antes de los ‘90 estar desocupado avergonzaba. Después, se entendió que la crisis llegaba a todo el mundo.
¿Qué hay que tener en cuenta ahora sí que antes no?
–Insisto: ahora está claro que solo no me salvo. Además, en aquel momento estaba la idea de que si se ponía un negocio funcionaba porque los clientes venían solos. Nadie se salvará solo. Ahora tengo que buscar una estrategia para captarlos. Primero pienso, después invierto el capital.
¿Qué es lo que debe tener en cuenta un emprendedor del entorno macro?
–El mercado. Ahora hay mucho menos mercado y eso obliga a pensar mucho más las cosas. A prever los pasos que se van a dar.
¿La devaluación favoreció los microemprendimientos?
–No hay una relación directa con las pautas macroeconómicas, salvo por la envergadura del mercado. La clave es el descubrimiento que es mejor asociarse, para ligar gente que hace cosas con gente que sabe vender, por ejemplo. Así se genera una trama que permite sostenerse unos a otros.
¿El Paraguas Club no forma parte de un fenómeno como el club del trueque, que también surgió al calor de la crisis?
–No. El club del trueque nunca tuvo un marco legal y la gente iba y cambiaba cosas. Muchos canjeaban comida sin ningún control bromatológico y sin pago de impuestos: era un paso hacia atrás. Soy autor de la ley de contribuyente eventual, algo que le permite pagar impuestos al que trabaja sólo cuando lo hace. Propuesta que, en definitiva, propicia el blanqueo.
¿La presión fiscal es tan elevada como algunos cuestionan?
–Yo creo que es injusta y estúpida. Es una malla chiquitita que atrapa a los pececitos más pequeños y tiene unos agujeros inmensos donde pasan los más grandes, que tienen capacidad de eludir los impuestos.
¿Cuál es la restricción fundamental que hoy enfrenta un emprendimiento?
–Creo que es una cuestión de carácter fiscal. Antes de emprender cualquier cosa primero hay que inscribirse y pagar. Para que el negocio sea sustentable hay que tener creatividad y un poco de dinero. A veces se trata de indemnizaciones chicas o algún ahorro menor. Hasta hace poco se ponía un pelotero o una cancha de paddle y con eso avanzaba. Una de las razones por las cuales hay desocupación es porque los pequeños emprendimientos fueron destruidos. Y éstos son los principales generadores de empleo. Desde el punto de vista técnico, microemprendimiento es el que tiene hasta diez personas trabajando, una facturación anual de hasta 250 mil pesos y un capital de giro de hasta 100 mil. Y éste es el segmento que fue más golpeado por la crisis.
¿La dificultad para conseguir crédito no es otro un obstáculo insalvable?
–Hay créditos pero es difícil conseguirlos. Los bancos tienen limitaciones legales. El gobierno de la ciudad, la Secretaría de la Producción, está por lanzar créditos a microempresas pero que sólo se otorgarán a través de una institución que les hará el plan de negocios y luego les hará una tutoría por un año, subsidiada por el gobierno.
“Se perdió la cultura del trabajo y se revirtió la pauta de que si se estudiaba o trabajaba se conseguía lo que se necesitaba.”
“La clave es el descubrimiento de que es mejor asociarse, para ligar gente que hace cosas con gente que sabe vender, por ejemplo.”
“Así se genera una trama que permite sostenerse unos a otros.”
“Soy autor de la ley de contribuyente eventual, algo que le permite pagar impuestos al que trabaja sólo cuando lo hace.”
“Una de las razones por las cuales hay desocupación es porque los pequeños emprendimientos fueron destruidos.”
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