Domingo, 1 de junio de 2008 | Hoy
FINANZAS > EL BANCO CENTRAL OPERO PARA BAJAR EL DOLAR Y FRENAR LA MINICORRIDA CAMBIARIA
Mediante contratos a futuro, bancos y financistas apostaron a una disparada del dólar. El Banco Central intervino para bajar la cotización, con éxito. Esto provocó fuertes quebrantos a los especuladores.
Por Cristian Carrillo
Terminó mayo y con éste los sueños de riquezas rápidas y fáciles de algunos especuladores. Desde los primeros días y hasta el viernes último, la cotización del dólar bajó desde los 3,22 hasta los 3,14. En ese tránsito, varios creyeron ver el negocio y adquirieron la divisa a cualquier precio apostando a que iba a seguir subiendo. Otros, los más experimentados, eligieron operar en el mercado de futuros. En los momentos de mayor euforia, los contratos para enero del próximo año se llegaron a pactar en 3,85 pesos. El viernes esas mismas posiciones cerraron a 3,30 pesos, y el de contado a 3,11.
El mensaje del Banco Central fue claro: “Todo aquel que especuló va a perder mucho dinero”, aseguraron funcionarios de la entidad monetaria. El BC vendió cerca de 2000 millones de dólares de sus reservas a lo largo del mes para aleccionar a los oportunistas. Los colaboradores de Martín Redrado no entienden cómo es que “algunos financistas nunca aprenden”. Esta es la tercera vez que el Central enfrentó un intento de corrida contra el peso. La primera fue cuando se decidió cancelar anticipadamente la deuda con el Fondo Monetario (2005); la segunda, el año pasado con la crisis de deuda hipotecaria subprime en Estados Unidos y la expectativa por las elecciones presidenciales en octubre pasado.
En esas situaciones de tensión en el mercado, el BC aprovechó para poner un nuevo piso a la divisa. No sin antes hacer perder millones de dólares a los que se jugaban por una disparada. “A algunos todavía les duele el cachetazo que recibieron en la última minicorrida”, apuntaron en la entidad. En ese momento, sólo por la diferencia entre lo pactado a futuro y la cotización real de fin de mes los inversores, en conjunto, registraron un quebranto de poco más de 200 millones de pesos.
Si bien no se espera un monto de igual envergadura para las operaciones pactadas el mes que acaba de culminar, las pérdidas fueron abultadas. El año pasado la tasa implícita de los contratos marcaba una suba de 10 por ciento y esta vez, aun en los plazos más largos, apenas supera el 5. “El futuro que busca el verdadero inversor es el de corto plazo, porque en el largo juega mucho la tasa de interés implícita”, explicó a Cash un operador de una agencia de cambio.
Los especialistas estiman que el Central destinó no menos de 500 millones de sus reservas para operar a futuro, tanto en el Rofex como de manera directa –contra otros bancos– en el mercado abierto. Ha sido un monto elevado si se tiene en cuenta que los contratos se pactan por la diferencia y no por el total de la posición. Esto es, para comprar un dólar futuro debe desembolsarse sólo un 20 por ciento de la posición.
Las corporaciones agropecuarias son quienes más utilizan ese tipo de herramientas. Un exportador que percibe sus ingresos en moneda extranjera, los cuales debe luego liquidar en el sistema financiero local, suele realizar venta de dólar futuro para asegurarse hoy sus ingresos en moneda doméstica. Es por esto que algunos pooles sojeros no pierden la calma a pesar de llevar ya más de 80 días de inactividad. Cuando se decidan a salir del lockout, vendan su cosecha y reciban sus dólares, poco les va a importar la cotización, ya que la tienen pactada de antemano.
El resto, los exportadores menos concentrados, y aquellos que se arriesgaron a apostar a la suba del dólar, prefieren ya no sacar más cuentas de lo perdido. La impotencia frente al poder de fuego del Central es tal que, a diferencia de otras oportunidades, los tenedores de los papeles perdedores –los contratos de mayo– no intentaron una suba (aunque sea de décimas de centavos) de última hora.
La pregunta en la city es hasta dónde seguirá bajando el dólar. Una pista: en los últimos días, el Central dejó de ser comprador en el mercado a término y se posicionó vendedor, a los valores actuales del dólar billete.
A partir del 1º de junio y hasta el 8 de agosto, los clientes de Farmacity podrán colaborar, a través de sus compras, con los proyectos que Unicef desarrolla en favor de la infancia en la Argentina, con la campaña “Redondee en favor de los niños”.
La compañía financiera Gmac, perteneciente a General Motors y que respalda la venta a crédito de vehículos Chevrolet y Suzuki, inició el período de suscripción de sus obligaciones negociables por 200 millones de pesos.
En el marco del Programa de Responsabilidad Social Corporativa, Santander Río amplió su compromiso con la Fundación Garrahan, a través del programa de recolección de tapitas de plástico.
La petrolera Medanito finalizó un plan de exploración y puso en marcha en Rincón de los Sauces, Neuquén, gasoductos, plantas de compresión y tratamiento de crudo, al tiempo que anunció la construcción de una central termoeléctrica.
La papelera Massuh informó que decidió suscribir con una entidad del exterior un contrato de préstamo por 40 millones de dólares mediante obligaciones negociables.
Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) y el municipio de Tigre firmaron convenios destinados a expandir los servicios de agua potable y desagües cloacales en ese partido bonaerense.
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