La decisión del Banco Central de entorpecer la maniobra denominada en la city “contado con liquidación” provocó la caída en la cotización del dólar. El viernes cerró en 3,33 pesos para la venta en el mercado minorista, siete centavos menos que en la apertura de la semana. Ese mecanismo de fuga consiste en comprar títulos nominados en pesos cuyas condiciones de emisión permiten su pago mediante transferencias en dólares al extranjero. Este es uno de los grifos que aún permanecía abierto para fugar divisas eludiendo los controles cambiarios. Según estimaciones de la entidad monetaria de octubre, por esa vía se giraron al exterior hasta 500 millones de dólares diarios durante las ruedas con mayor tensión.

La modificación normativa impulsada por el Central obliga a la parte vendedora a documentar que los valores transados integraron su cartera de inversiones por un período no menor a las 72 horas hábiles. Antes, la compraventa de los bonos involucrados en la operatoria se hacía en escasos minutos. Así, bajo la apariencia de una transacción bursátil, se ocultaba una transferencia de dólares. También se escondía el verdadero titular de los fondos, además de evitar el riesgo cambiario y la eventual diferencia de precio de los títulos. Los tres días de tenencia obligada que imponen las nuevas reglas del “contado con liqui” conllevan una cuota de incertidumbre que, bajo las actuales condiciones de mercado, actuará como un potente disuasivo.

La medida redundó en una pérdida de interés en la moneda estadounidense, principalmente por parte de los bancos, que se trasladó al volumen operado en las ruedas cambiarias de la semana: el total negociado ascendió en promedio a 350 millones de dólares por día, la mitad que en una rueda normal y menos de un tercio que en las últimas jornadas de presión sobre el tipo de cambio. Sin embargo, para algunos operadores, la fuerte disminución de los montos transados en el mercado de cambios no solamente obedeció a las normas emitidas por el Central. En la city explican que, además, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, hizo desarmar operaciones y prohibió la compra de dólares a empresas que tenían que pagar importaciones.

Además de la intervención de Moreno, la AFIP también visitó algunas entidades para recabar datos sobre los clientes que compraron más de 100 mil dólares en octubre. El organismo recaudador apunta a determinar si la capacidad patrimonial declarada al fisco sustenta el volumen operado en esas transacciones. La presunción de los funcionarios es que existe una buena cantidad de carpetas truchas circulando por la city. Por eso, las autoridades evalúan impulsar nuevas normas cambiarias que obliguen a las entidades a chequear online en las bases de datos del ente tributario los antecedentes fiscales de las empresas o personas que adquieran montos superiores a los 100 mil dólares en un mes calendario. En tanto, el BC también siguió de cerca el comportamiento del mercado y llegó, incluso, a monitorear la actividad de las mesas de dinero de los principales bancos a través de inspectores que siguieron el “minuto a minuto” de las operaciones.

La mayoría de los analistas de la city sigue sosteniendo que el precio del billete continuará bajo el control del Banco Central, que incluso verá ampliado su margen de maniobras con el dinero que las AFJP repatriarán en los próximos días.