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Domingo, 6 de octubre de 2002

El Lulaplan

Luiz Inácio Lula da Silva es el favorito para ganar las elecciones en Brasil. Si no alcanza el 50 por ciento de los sufragios hoy, todas las encuestas reflejan que será el seguro ganador en la segunda vuelta que se producirá el domingo 27. Pocas veces un recambio de gobierno en Brasil generó tantas expectativas como las que produce el anunciado triunfo de Lula. El candidato del Partido de los Trabajadores ha dicho que el Mercosur es imprescindible para el desarrollo de Brasil y en su plataforma electoral se afirma que uno de sus “primeros actos de gobierno será salir a apoyar a la Argentina de manera activa para que pueda superar la actual crisis”. Cash accedió al plan económico completo del PT. La idea-fuerza es que “el Estado debe recuperar las riendas de la economía”. Y la meta principal es “forzar” un proceso de redistribución de la riqueza. Medida que Lula ve como la única manera de mantener la democracia y provocar un proceso de crecimiento “vigoroso y sostenido”. El programa de gobierno contempla la implementación de una reforma agraria “que asegure alimentos a la población y evite el éxodo rural que presiona la desocupación urbana”; además de reformas en las legislaciones laboral, tributaria y de pensión. Con respecto a la enorme deuda externa, que entre pública y privada supera los 420 mil millones de dólares, el líder del PT aseguró que no convalidará “tasas de interés usurarias, como las que se pagan actualmente”. Lo que sigue son los puntos principales del plan económico de Lula.

n Distribución de la riqueza. El 50 por ciento más pobre de la población brasileña sólo recibe el 13 por ciento de los ingresos. Este dato coloca a Brasil como uno de los países económicamente más injustos del mundo. El PT, un movimiento de raíz sindical, quiere comenzar su gestión de gobierno disminuyendo la diferencia entre los que más ganan y los más pobres. Para eso propone implementar un “Plan de ingreso mínimo asegurado” para toda la población, combatir la pobreza extrema con subsidios sociales, decretar un aumento del salario mínimo de convenio, promover la universalización de la vivienda propia y de los servicios básicos, apoyar los emprendimientos familiares y de pequeñas empresas y llevar adelante una reforma agraria.

n Reforma agraria. Brasil es uno de los países de mayor territorio del mundo y la posesión de sus tierras está concentrada en pocos propietarios. Buena parte de sus campos no están explotados. Por eso el PT quiere realizar una “profunda reforma agraria” para fomentar la agricultura familiar y las cooperativas agrícolas, como una forma de asegurar la alimentación de la población al tiempo que mejora la balanza comercial del país. Con un aumento de la producción de granos podrían disminuir algunas importaciones y aumentar la exportación de sus productos tradicionales. Para asegurarse el éxito de la reforma piensan implementar sistemas de financiamiento y comercialización que contribuyan a viabilizar económicamente las unidades productivas creadas.

n Estado. “Es imprescindible hacer un gigantesco esfuerzo de desprivatización”, dice la plataforma de gobierno de Lula. “Hay que defender la cosa pública; la administración del Estado dejará de estar al servicio de los negocios privados.” El PT no sólo no quiere privatizar las empresas que aún mantiene el Estado brasileño, como Petrobras y muchas otras compañías de energía, sino que también propone reestatizar aquellos servicios en los que los privados le están restando eficiencia al resto de la economía. Además, Lula quiere ejercer el poder estatal para terminar con los abusos de monopolios y oligopolios; espera comenzar con la experiencia del presupuesto participativo, ya ejercida por algunos gobiernos estaduales, en la que parte del presupuesto se ejecuta según las prioridades que marca la población; y propone firmar un nuevo pacto federal para sacar de la marginación a las zonas más desprotegidas del país.

n Mercosur. “El Mercosur es imprescindible para el desarrollo nacional”, se afirma en la plataforma del PT. “La segunda prioridad es el resto deAmérica latina. Así seremos menos vulnerables.” Claramente, Lula espera transformar a Brasil en líder del subcontinente y desde ese lugar negociar con el mundo. “Uno de los primeros actos de gobierno será apoyar a la Argentina”, continúa el documento, transparentando que el PT ve a este país como su principal socio y aliado. El PT propone ir hacia un equilibrio macroeconómico que desemboque en una moneda común.

n ALCA. “No acordaremos con el ALCA mientras persistan condiciones proteccionistas en Estados Unidos.” El PT no quiere el ALCA y el presidente Bush no deja de darle argumentos para que Brasil pueda excusarse de aceptar el convite al acuerdo continental. La administración republicana aumentó considerablemente los subsidios agrícolas, perjudicando las exportaciones de los países a los que les ofrece el acuerdo de libre comercio. “Entrar al ALCA en estas condiciones sería una anexión de nuestro territorio al de Estados Unidos”, advirtió Lula recientemente.

n Deuda. El PT se propone mantener un superávit primario del 3,75 por ciento del PBI, tal como el actual gobierno acordó con el Fondo. Pero ése es su límite. “No tomaremos ninguna medida que signifique sacrificar el crecimiento”, dice la plataforma. Se refiere a que el Estado no hará un ajuste de gastos superior al actual para pagar deuda. Lula afirma que Brasil está en condiciones de crecer al 7 por ciento anual durante muchos años, si no recibe presiones externas para bajar gastos que detendrían el crecimiento. Además aclaró que, cuando tenga que conseguir fondos nuevos para pagar deuda vieja, no aceptará “tasas usurarias”. Los diarios económicos de Brasil interpretaron esa frase como una advertencia para los mercados: “Si nos aprietan, viene el default”, fue como lo leyeron los especialistas.

n Tasa de interés. Los economistas del PT consideran que para que el plan sea viable la tasa de interés en el mercado interno no debe superar el 12 por ciento, tasa que, por otra parte, es el techo que marca la Constitución brasileña. En este momento supera el 18 por ciento. Con altas tasas de interés, el actual presidente del Banco Central, Arminio Fraga, consiguió estabilizar la economía durante mucho tiempo. Pero pagó el precio de un pobre crecimiento económico. Este año, el PBI sólo aumentará un 0,6 por ciento. Lula ya advirtió que desalojará a Fraga del Central. El FMI exige que la entidad monetaria sea independiente (igual que se lo pide a la Argentina). Pero Lula ya dijo que el Central tendrá autonomía, aunque no será independiente.

n Empleo. “Aunque el mundo esté globalizado, Brasil debe tener su propia estrategia de crecimiento que permita incluir a los millones de conciudadanos que quedaron marginados. Todos deben consumir en el país.” El PT se propone cumplir esta meta promoviendo un crecimiento basado en las pequeñas empresas, los negocios familiares y las cooperativas. O sea que la intención del partido de Lula no es reducir la pobreza con planes y subsidios sino invirtiendo en el desarrollo de pequeñas unidades de producción.

n Reforma tributaria. En el primer año de gobierno, Lula planea enviar al Congreso una reforma del régimen tributario que lo convierta en un sistema “más equilibrado y justo, y que aliente la producción y la exportación”. También ambiciona conseguir por este medio una mayor inclusión social y “justicia ambiental”. Los principales puntos son bajar la presión sobre los asalariados medios y bajos, aumentar la tributación sobre los capitales y la herencia, y generalizar el IVA con alícuotas más bajas para alimentos y vestimenta.
n Reforma del sistema público de jubilaciones y pensiones. La mitad de los trabajadores brasileños no realiza aportes jubilatorios, por lo que Brasil marcha hacia una hecatombe en su sistema previsional. El PT pretende reducir los aportes de los trabajadores en relación de dependencia y organizar un sistema de incentivos para los autónomos. Además alentará lacreación de fondos de pensión privados, pero sólo para los trabajadores que quieran tener un ingreso adicional al estatal.

n Reforma de la legislación laboral. La plataforma del PT prevé un gran llamado a las fuerzas sociales para debatir este tema. “La reforma debe surgir del debate entre trabajadores y empresarios”, señala. Aclara que la norma que surja debe ser moderna y proteger debidamente a los trabajadores.

n Industria. Lula quiere convertir a Brasil en un gran productor de bienes de alto valor agregado con marcas propias, patentadas internacionalmente. Para eso propone una gran inversión en ciencia y tecnología, y el apoyo del Estado a los sectores de software, máquinas inteligentes y bienes industriales intermedios para producción agroindustrial. Alejado de las consignas nacionalistas que lo caracterizaron en el pasado, el PT señala en su plataforma que “Brasil no debe prescindir de empresas tecnológicas ni de capital extranjero”.

Si finalmente gana, Lula encontrará un país fuertemente endeudado y en recesión. Para sacar a Brasil de este escenario, que el líder petista considera “peligroso”, propone una salida alternativa a la del FMI. Por eso los ojos del mundo están puestos en este dirigente de izquierda que quiere gobernar la décima economía del mundo. Si le va bien, es factible que sea imitado, por lo menos por los países de la región. La Argentina entre ellos. Además, si Lula consigue cumplir su promesa de que los 160 millones de brasileños consuman, Brasil se va a convertir en un enorme cliente para sus socios del Mercosur. El petista es el único candidato que prometió -sin ningún beneficio electoral que cosechar– ayudar activamente a la Argentina a salir de la crisis.

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“Es imprescindible hacer un gigantesco esfuerzo de desprivatización”, dice Lula.
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Lecciones / Brasil

Cash accedió al plan económico completo del PT. La idea-fuerza es que “el Estado debe recuperar las riendas de la economía”.

Lula dice que el Mercosur es imprescindible para el desarrollo de Brasil.

En la plataforma electoral se afirma que uno de sus “primeros actos de gobierno será salir a apoyar a la Argentina de manera activa para que pueda superar la actual crisis”.

La meta principal es “forzar” un proceso de redistribución de la riqueza.

Lula encontrará un país fuertemente endeudado y en recesión.

Para sacar a Brasil de ese escenario “peligroso”, propone una salida alternativa a las que dicta el FMI.

Lula aclaró que cuando tenga que conseguir fondos nuevos para pagar deuda vieja no aceptará “tasas usurarias”.

 
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