Domingo, 28 de junio de 2009 | Hoy
AGRO > PERSPECTIVAS DE LA ACTIVIDAD LECHERA
En el mercado internacional, las economías de escala derivan en una mayor concentración en la producción láctea. Proceso similar se registra en la plaza local.
Por Claudio Scaletta
“Trabajar en lechería se ha vuelto un asunto complicado en todo el mundo, donde se evidencia una mayor concentración de la propiedad, con un proceso de remate de vacas.” La declaración no forma parte de las quejas cotidianas de los tamberos argentinos, sino que fue parte de la evaluación del sector lácteo mundial realizada por Christian Robert, director general de la Federación Internacional de la Leche (FIL), que esta semana disertó en la Argentina y fue escuchado con atención por los funcionarios de la Secretaría de Agricultura.
La FIL es una organización integrada por 53 países que representan el 82 por ciento de la oferta mundial. “Estamos ante una crisis global” en la que “todos los países enfrentan un escenario difícil a causa de la retracción de la demanda y la suba de costos de producción”. En el contexto actual, el diagnóstico de Robert podría aplicarse a la mayoría de los productos de la industria alimentaria, pero en el caso de la lechería el problema es más agudo.
“En los últimos treinta años –reseñó– el 80 por ciento de los establecimientos lecheros en el mundo cerró y la tendencia principal es el aumento en la escala, lo que produce mayor concentración de tambos.” Para el director de la FIL, el fenómeno es complejo y responde a varias causas. Por un lado, se evidencia una retracción en la demanda, factor que se vio agravado a fines del año pasado por la contaminación de leche con melanina en China. Por otro, la crisis económica mundial golpeó fuertemente al sector, al profundizar la tendencia bajista de los precios que ya estaba en marcha.
Al respecto señaló que “en los países desarrollados, darles de comer a los animales se transformó en un problema muy grave, por eso los esfuerzos se dirigen a reducir los gastos en alimentación”. Tras advertir que en el corto y mediano plazo persistirá la volatilidad de las cotizaciones, el analista francés pronosticó que “habrá una recuperación de precios hacia 2010, con una suba que rondará entre el 12 y el 14 por ciento”. También adelantó algunas tendencias del mercado global: el ingreso de nuevos jugadores y el mayor peso de algunos proveedores latinoamericanos, entre los que destacó a Brasil, Chile, Uruguay y la Argentina, “que muestran un gran potencial y podrían alcanzar en el mercado mundial el mismo peso que la Unión Europea”.
En el plano estrictamente local, esta semana algunos tamberos repitieron la protesta de enviar vacas lecheras (Holando) al Mercado de Liniers. Según la FAA se mandaron a faena 1200 animales a fin de mostrar que “con la actual política lechera la actividad en los tambos no es rentable”. De acuerdo con la Mesa Nacional de Productores Lecheros, en los últimos cinco años habrían desaparecido “más de 5 mil tamberos”. De ser así y dado que la producción y las exportaciones argentinas siguen creciendo, se trata sin dudas de la confirmación local de la tendencia global descripta por Robert. No obstante, la complicada situación que atraviesan algunas usinas, como La Serenísima, indica que el desplome de los precios internacionales afecta a toda la cadena.
Mientras tanto, desde el sector público siguen aumentándose los subsidios bajo el nombre de “compensaciones”. Según informó a Cash Emilio Eyras, titular de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario, en el primer semestre del año ya se pagaron 807,5 millones de pesos, más del doble que en igual período de 2008. Sólo en junio se transfirieron a los tamberos 54,4 millones de pesos repartidos en 12.800 pagos. El total de compensaciones autorizadas desde el comienzo de este régimen, que además de a los tamberos beneficia a engordadores a corral, al sector avícola y, desde 2009, a los criadores de terneros Holando, supera los 5000 millones de pesos
La Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario autorizó durante junio más de 200 millones de pesos en compensaciones que beneficiaron a productores avícolas, ganaderos y lecheros.
El gobierno nacional declaró “zona de desastre agropecuario” a partir de enero de 2009 y hasta fin de año a raíz de la sequía a las parcelas rurales de los partidos bonaerenses de Patagones, Villarino, Bahía Blanca, Puán, Tornquist, Coronel Rosales y diversas circunscripciones de Saavedra y Adolfo Alsina.
El grupo agroindustrial Monsanto anunció haber alcanzado en el tercer trimestre de su ejercicio 2008/2009 (marzo-mayo) un beneficio neto de 694 millones de dólares, superior a las expectativas pero que equivale a una caída de 14 por ciento en un año.
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