POLEMICA: PRESUPUESTO 2003 Y LA POLITICA DE ROBERTO LAVAGNA
El gran ajustador
Por Claudio Lozano
Director del Instituto de Estudios y Formación de la CTA.
El Gobierno ha presentado el Presupuesto 2003. Una primera observación indica lo siguiente:
a) El total de recursos presupuestarios asciende a $ 82.871 millones, 45,5 por ciento ($ 25.926 millones) superiores a los recursos del presente año.
b) El gasto primario total (Nación-provincias) asciende a $ 71.207,4 millones. Es decir, un 31,9 por ciento superior ($ 17.237 millones) al del presente año.
c) El resultado primario (antes del pago de deuda) es positivo en $ 11.663,7 millones, casi 300 por ciento superior al del 2002 y 700 por ciento mayor al del 2001.
Lo expuesto, mayor recaudación que financia un mayor gasto y permite un fuerte superávit, puede llevar rápidamente a la conclusión de que el Gobierno ha consolidado la situación de la cuentas públicas posibilitando, incluso, un comportamiento expansivo del gasto. Sin embargo, al observar los mismos conceptos incorporando el impacto de la inflación y asumiendo que $ 1 de hoy no representa lo mismo que $ 1 del 2001, surge que:
a) El total de recursos presupuestarios, medidos en pesos del año 2001, son $ 39.773,6 millones que, si bien representan $ 606 millones más que los recursos del 2002, son $ 9477 millones inferiores (-19,2 por ciento) a los del 2001.
b) El gasto primario total, medido en valores del 2001, equivale a $ 34.175,7 millones. Es decir, un 7,9 por ciento inferior al gasto público del 2002 y un 33,3 menor al del 2001. Para tomar dimensión de lo que estamos diciendo, corresponde señalar que esto implica una reducción del gasto público de $ 17.040 millones respecto al 2001.
c) El resultado primario, medido en valores del año 2001, el superávit asciende a $ 5597 millones. Es decir, 173 por ciento superior al del año en curso y un 384 respecto al 2001.
Como pudo observarse, al incorporar el efecto inflación, las cosas cambian sustancialmente, dando como resultado que:
I. Efectivamente, el superávit en las cuentas públicas se incrementa y con éste se mejora la capacidad del sector público de realizar pagos por deuda respecto a la situación deficitaria que se observaba a finales del 2001.
II. Prácticamente el 43 por ciento del incremento a valores corrientes que tienen los recursos fiscales del 2003 respecto a los del 2001 provienen de la instrumentación de las retenciones. El resto remite al efecto del incremento de los precios sobre la recaudación impositiva.
III. La inflación impone, a su vez, un ajuste monstruoso del gasto público ($ 17.040 millones) frente al cual empalidecería Ricardo López Murphy.
En suma, si bien la inflación mejora el resultado de las cuentas fiscales, lo hace profundizando la regresividad por el lado de los ingresos y llevando al límite el deterioro del gasto público. Deterioro que se opera en un contexto de mayor penuria social. Por cierto, y en razón de lo afirmado, el presupuesto presentado por el oficialismo mantiene su carácter de ajuste y se inscribe en la errada lógica de mutilar a la política fiscal como instrumento capaz de motorizar una estrategia de salida a la recesión.