OPINION: CRISIS ECONOMICA Y DISTRIBUCION DEL INGRESO
De saqueos y saqueadores
Por Elido Veschi
Secretario general Asociación de Personal de Dirección de los Ferrocarriles Argentinos.
Muchos dirigentes políticos e institucionales que en un momento utilizaban un lenguaje hipócrita para definir aspectos cuidadosamente elegidos de la coyuntura a fines del 2001 y principios del 2002 comenzaron a hablar de saqueo a la economía. Este discurso duró poco, pero la sociedad, aletargada por tantos años de mentiras y autoengaño, de repente vio todo el escenario tal cual era. Como en la tragedia clásica, mientras cada uno de los “actores” por acción u omisión favorecía la trama dramática, el conjunto social no percibía el final trágico.
El “modelo” puesto en evidencia activó sus mecanismos de ocultamiento y distracción a través de sus agentes políticos y medios de desinformación. Los instrumentos del saqueo fueron los encargados de capturar, por distintos mecanismos, una parte cada vez mayor de la riqueza de los argentinos: la banca extranjerizada, las empresas privatizadas y las multinacionales exportadoras.
Con distintas combinaciones entre los conductores (presidencia, ministerios, Banco Central) y los facilitadores del saqueo (Congreso, Justicia, dirigentes gremiales empresarios, medios de difusión, organismos de control), se van transfiriendo riquezas desde la mayoría de la sociedad al sector que maneja los instrumentos del saqueo.
Para resolver a favor de la sociedad esta situación, es necesario iniciar otro proceso con una trayectoria completamente opuesta a la anterior. Entonces, los instrumentos se deberán utilizar para el crecimiento y desarrollo de la sociedad en su conjunto. Dichos objetivos se podrán cumplir teniendo como soporte la equidad distributiva. Esto implica básicamente la recuperación por parte del Estado de la emisión del crédito, lo que nos conduce a reconstruir un sistema de banca nacional y una limitación a la actividad de la extranjera. De igual manera, el estricto control de cambio y la regulación de los flujos financieros son algunas de las medidas referidas al área financiera que se deberán adoptar. Otras decisiones para restablecer la soberanía en lo económico pasarán por regenerar organismos que regulen el comercio exterior en las producciones agropecuarias masivas y en los energéticos, a fin de captar las rutas soberanas. Por último y sin agotar la lista, es necesario impulsar un proceso de reindustrialización donde el Estado tenga una participación muy activa.
En definitiva, la sociedad argentina debe asumir que la tragedia que vive no se generó porque una persona o un grupo de personas con características malignas se ensañó con ella, sino porque por acción u omisión cada integrante –por supuesto con responsabilidades diversas– realizó su aporte al resultado actual. Darnos cuenta de tal proceso, es el primer paso para bucear en la realidad, antes que aceptar sin crítica la interesada información de los medios más poderosos.