Sábado, 24 de diciembre de 2011 | Hoy
Por Federico Kucher
En diciembre, las consultoras de la city divulgan sus proyecciones macroeconómicas para el año siguiente. Adelantan los resultados de algunas variables clave de la economía: crecimiento, inversión, inflación, cuentas fiscales, intercambio comercial, la cuenta corriente del balance de pagos. Estas predicciones ofertadas por múltiples economistas fueron imprecisas en los últimos ocho años. De todas maneras, la mayoría de los medios de comunicación, grandes empresas y bancos recurre una y otra vez a estos gurúes especialistas en desaciertos. Del mismo modo que esos economistas del establish-ment insisten con esa práctica del pronóstico, Cash también se empecina en mostrar año a año sus errores, aspecto más interesante y riguroso que la futurología de numeritos para el 2012.
En un esmerado trabajo de archivo, este suplemento contrastó los augurios para el 2011 con la realidad de los indicadores económicos.
“En el 2011, la economía continuaría creciendo aunque más lentamente. Esperamos que crezca un 3 por ciento. Ya no se tendrá un ‘efecto rebote’ como el que se dio en 2010 tras la recesión de 2009. Adicionalmente, ciertos cuellos de botella en el sector energético e industrial y el fenómeno de la Niña podrían limitar la expansión.” De esta manera, en una nota publicada el 13 de enero en El Cronista quedó registrada la proyección de la consultora de Orlando Ferreres.
En su informe del 15 de febrero de este año, la consultora de Miguel Bein adelantó que “la economía crecería 6,5 por ciento en 2011 por debajo del 9 por ciento de 2010, dado que la contribución que el año pasado tuvo la agricultura por la súper cosecha ascendió a 2,5 puntos porcentuales y no va a estar presente este año”.
Jorge Todesca, titular de Finsoport, mencionó en La Prensa el 15 de diciembre de 2010 para este año “una tasa de crecimiento del 5 por ciento. La economía seguirá creciendo, aunque a una tasa menor”.
El crecimiento de la actividad al cierre del 2011 se ubicaría cerca del 9 por ciento.
Exante, la consultora del economista Aldo Abram, pronosticó que la inversión en 2011 tendría una tasa de variación del 3,7 por ciento. En promedio, las consultoras Abeceb, de Dante Sica, y Ecolatina proyectaron una expansión del 6,0 por ciento para la inversión de 2011. En todos los casos estas proyecciones fueron elaboradas en diciembre del año pasado.
En Clarín, el 26 de diciembre de 2010, Abel Viglione, de FIEL, escribió que “este año empezamos a enfrentar un problema que se repetirá en el 2011: la falta de inversión en ampliación de la capacidad instalada. Ello condicionará la tasa de crecimiento futura”.
“Hay un problema de institucionalidad. Los empresarios sienten que no hay certidumbre y no invierten”, resaltó el presidente del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger, en una nota de Ambito Financiero sobre perspectivas para 2011, el 3 de diciembre del año pasado.
La inversión pública y privada cerraría 2011 expandiéndose a tasas del 23 por ciento del Producto.
Las perspectivas de aceleración inflacionaria por falta de prudencia monetaria y fiscal fueron las más divulgadas para 2011 por economistas del establishment.
“Creemos que en el escenario base, la inflación va a ser superior a la de este año, entre 27 y 30 por ciento, si hay moderación en el tratamiento monetario y fiscal. Y puede ser más, si no la hay.” Estas fueron las palabras del economista Miguel Angel Broda, en Clarín, el 12 de diciembre de 2010.
Daniel Artana, economista de FIEL, afirmó en El Cronista a principios de este año que no hay política antiinflacionaria seria en la argentina, y el costo de vida podría trepar al 29 por ciento en 2011 por el año electoral y la expansión monetaria propuesta por el Gobierno.
Los ex presidentes del Banco Central también dieron sus previsiones. “Sería milagroso que la inflación baje del 35 por ciento”, afirmó Alfonso Prat Gay a La Nación, el 7 de enero de 2011. En ese mismo artículo, Martín Redrado pronosticó que el aumento de precios iba a ser del 30 por ciento.
“Se agudizaran (en 2011) las inconsistencias con más inflación”, comentó también a La Nación el 22 de noviembre de 2010, el diputado Claudio Lozano.
No hubo profecía autocumplida. La mayoría de los economistas, oficialistas u opositores, coincide en que la inflación al cierre de 2011 no se aceleró respecto de 2010 o, inclusive, disminuyó levemente.
Miguel Kiguel, de la consultora Econviews, planteó en el suplemento iEco, de Clarín, el domingo 5 de diciembre de 2010 que “el año que viene el deterioro (del resultado fiscal primario) será de un punto del Producto porque hay elecciones e, históricamente, los gastos aumentan por el año electoral”.
En esa misma nota, Camilo Tiscornia coincidió con su colega en que el déficit de 2011 iba a ser equivalente al 1 por ciento del Producto.
En el cierre de 2011 se alcanzaría un superávit primario de 1,5 por ciento del PBI.
La consultora Econométrica, del economista Mario Brodersohn, afirmó en su informe de febrero: “La pérdida del ‘colchón cambiario’ conduce a cerrar el 2011 con un déficit de 1500 millones de la cuenta corriente del balance de pagos”.
Ricardo Delgado, de Analytica, le dijo a La Nación en diciembre del año pasado que “en 2011 las importaciones volverán a crecer muy por encima de las exportaciones, y la cuenta corriente seguirá la tendencia hacia el cero”.
Mientras tanto, José Luis Espert le mostró su preocupación a La Nación en febrero de este año, donde escribió: “Nuestra balanza comercial en 2011 podría caer a la mitad (6000 millones de dólares)”.
La cuenta corriente finalizaría 2011 con un superávit de 1000 millones de dólares.
El saldo de balanza comercial, por su parte, sería de unos 11.000 millones de dólares.
Los organismos internacionales también acostumbran hacer sus pronósticos.
La Cepal, en su informe de finales del año pasado sobre América latina y el Caribe, proyectó para Argentina un crecimiento del 4,8 por ciento en 2011. El Banco Mundial, en enero de este año, actualizó sus Perspectivas Económicas Globales y pronosticó que el Producto del país durante 2011 sería del 4 por ciento.
Mientras tanto, el FMI en su documento del año pasado acerca de las Perspectivas Económicas Regionales, proyectó el crecimiento argentino en un 4,0 por ciento para 2011. En ese mismo informe, mencionó que este año el resultado primario del sector público iba a ser deficitario en 0,1 del PBI.
Por su parte, en otro informe también publicado el último trimestre del 2010, el organismo internacional de crédito pronosticó un aumento en la tasa de desempleo que llegaría a 8,6 por ciento en 2011.
El crecimiento del PBI 2001 superará el 9 por ciento.
El desempleo al cierre de este año se ubicaría en 7,2 por ciento
2011
-En diciembre, las consultoras de la city divulgan sus proyecciones macroeconómicas para el año siguiente.
-Estas predicciones ofertadas por múltiples economistas fueron imprecisas en los últimos ocho años.
-La mayoría de los medios de comunicación, grandes empresas y bancos igual recurren una y otra vez a estos gurúes especialistas en desaciertos.
-Esos economistas del establishment insisten con esa práctica del pronóstico.
-Cash también se empecina en mostrar año a año sus errores.
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