Domingo, 5 de febrero de 2012 | Hoy
EXPANSIóN DEL COMPLEJO AUTOMOTOR. MAYOR INTEGRACIóN Y EXPORTACIóN
Por Federico Kucher
La industria automotriz mostró un notable desempeño los últimos nueve años, superando sus marcas históricas en términos de empleo, producción, ventas y exportaciones en 2011. El escenario para los próximos años es favorable, aunque se presentan desafíos en cada eslabón de la cadena productiva. El complejo automotor explicó cerca de 85.000 puestos de trabajos registrados el último año. La ocupación avanzó 110 por ciento y los salarios subieron 570 por ciento desde el 2002. El consumo sostenido del mercado interno permitió un incremento de 790 por ciento en las ventas de este período. Hubo un record de 857.000 autos patentados en 2011.
Abel Bomrad, titular de la Asociación de Concesionarios de la República Argentina, explicó a Cash que “el aumento del poder adquisitivo del salario en estos años fue la causa del boom de patentamientos. En 2002 se necesitaban 14 sueldos industriales para comprar un auto y hoy se necesitan 8”. Los beneficios en la actividad automotriz también aumentaron. La masa de ganancias declarada por la rama alcanzó picos anuales de 3200 millones de pesos, es decir que se multiplicó por 20 respecto de 2002. La rentabilidad del sector superó a la del promedio de la economía, al punto de que en 2007 consiguió duplicarla. Los indicadores de concentración señalan que un 6 por ciento de las firmas perciben el 90 por ciento de la facturación.
Los anuncios de inversión fueron 900 millones de dólares en 2011. Duplicó el promedio de los últimos nueve años. Esta formación de capital, que impulsó la producción del período, se realizó a instancias del autofinanciamiento de los grupos multinacionales. De esta manera, el complejo automotor mantiene un bajo endeudamiento con el sistema financiero local. En este contexto, las perspectivas de crecimiento para los próximos años son positivas. No son menores, no obstante, los desafíos que enfrenta el sector. La fuerte dependencia con Brasil o la baja integración productiva, características heredadas de los noventa, son algunos de ellos.
En el sector de terminales se agrupa a los fabricantes que realizan tareas de estampado, soldadura, pintura, montaje. Este eslabón se conforma por 10 empresas de capitales multinacionales: General Motors, Ford y Peugeot-Citroën concentran el 50 por ciento de la producción. Las plantas productivas se ubican en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. En el mundo, son 58 los países que fabrican autos, pero sólo una tercera parte –entre los que figura Argentina– producen más de 800.000 unidades por año.
La exportación aumentó 312 por ciento entre 2002 y 2011. En la actualidad, se colocan en el exterior 506.000 unidades, el 60 por ciento de la producción local. El primer destino es Brasil: compra el 80 por ciento de la producción nacional de exportación. La consultora Abeceb.com plantea que “el desafío de las terminales será consolidar las estrategias de inserción con otros países, en particular, los de la región”.
En tanto, el sector de autopartes lo integran cerca de 400 firmas de capitales locales y multinacionales. Explica dos tercios del empleo que ocupa el complejo automotor y requiere los mayores niveles de tecnología y diseño de toda la cadena. La integración productiva entre autopartistas y terminales es baja: sólo 23 por ciento de los componentes de un auto argentino se fabrican en el país.
La reorganización productiva de los noventa, en contraste con la dinámica de las terminales, resultó negativa para este eslabón. Juan Cantarella, gerente general de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), explicó a Cash que “hubo una sustitución de importaciones con signo inverso. La apreciación cambiaria de esa década estimuló el reemplazo de proveedores locales por componentes importados”. Muchas autopartistas cerraron o trasladaron su producción a Brasil, que se consolidó en la región como un fuerte productor de autopartes mientras que Argentina hizo lo propio en automotores.
Desde 2002, la producción de los autopartistas mostró una recuperación. Logró duplicarse. En un primer momento se aprovechó la capacidad ociosa existente. Luego las inversiones acompañaron la sostenida demanda de las terminales. “Los cambios de la posconvertibilidad fueron cuantitativos, pero no cualitativos. Las autopartes tuvieron un déficit comercial de 8000 millones de dólares en 2011”, dijo Cantarella, para agregar que “en los últimos 18 meses la política industrial empezó a trabajar esta situación. El gran desafío es desarrollar el sector de las autopartes”
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