JOSé ANTONIO OCAMPO, CANDIDATO A PRESIDIR EL BANCO MUNDIAL
› Por Oscar Ugarteche *
El gobierno de Brasil ha tenido dos iniciativas muy importantes para la construcción de un nuevo orden financiero internacional. El primero y más importante es la nominación de José Antonio Ocampo a la presidencia del Banco Mundial. Ocampo, ex ministro de Economía colombiano que también ha sido director ejecutivo de la Cepal y subsecretario general de Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Financieros, se mudó al think tank de Joseph Stiglitz en la Universidad de Columbia cuando dejó dicho cargo. Con Stiglitz es uno de los intelectuales pensantes sobre cómo debería ser el nuevo orden financiero internacional, hoy tan cuestionado tras los colapsos financieros en Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa.
Históricamente, desde su diseño inicial en 1944 y su puesta en marcha en 1946, las instituciones de Bretton Woods, el FMI y el Banco Mundial, estuvieron repartidas entre Europa y Estados Unidos. Europa se quedaría con la dirección ejecutiva del Fondo mientras Estados Unidos lo haría con el Banco. A cambio, Estados Unidos tiene poder de veto en el Fondo y puede con voto singular impedir la aprobación de préstamos o el ingreso de nuevos miembros. Como brazos de política exterior han sido fundamentales para Washington en las décadas de la posguerra, sobre todo durante la Guerra Fría.
En este marco, Brasil lanza un candidato del Sur, alternativo al candidato de Obama, el Dr. Lin, y al candidato de Nigeria, la número dos de Robert Zoellick, el actual presidente, conocida por su afiliación con el presidente saliente. Jeffrey Sachs, se lanzó al ruedo sólo usando la infeliz frase “soy el candidato ideal”.
El hecho de la candidatura de Ocampo coloca a Brasil en una plataforma regional de poder distinta y lo enfrenta a Washington. Considerando cómo ha arrastrado las piernas con temas económicos regionales y su resistencia a la supranacionalidad sudamericana, esto es un salto adelante. Si Brasil logra convencer a sus socios Brics y a los sudamericanos, podrá tener un grado de influencia grande en las instituciones financieras internacionales. América latina debería apoyar esta candidatura.
Por otra parte, en la reunión de los Brics en la India, Brasil propuso crear un banco del sur de los Brics, lo que transformaría la idea del Banco del Sur, de regional a global y crearía un banco de desarrollo global alterno al de BM. La idea es recircular las reservas internacionales en los fondos creados para este banco que debería diseñar alguna canasta de moneda propia para emitir bonos que serían pagados en las cinco monedas de los Brics. El gran ganador con esta idea es China, quien tendría cómo variar su esquema de depósito de reservas ante la política devaluatoria del Tesoro de Estados Unidos.
El concepto del Banco de los Brics ha sido saludado por los analistas rusos e indios que han venido siguiendo la discusión sobre el Banco del Sur que se sostuvo en los últimos tres años. Paradójicamente fue también Brasil, que en la Unasur propuso encogerlo y lanzarlo a operar sólo con el 20 por ciento de su capital, el que lo condenará a ser una entidad como Fonplata, irrelevante para fines de manejo de reservas, cuando la idea fue que emitiera bonos por hasta 63.000 millones de dólares en una unidad de cuentas diseñada con las monedas existentes en la región.
A pesar de que no hay ánimo de integración económica entre las costas pacífica y atlántica sudamericanas, Brasil está jugando un papel regional en el plano global y sería bueno que los gobiernos de la región lo entendieran
* Economista peruano, investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Servicio Informativo Alai-amlatina. alainet.org
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