Domingo, 10 de noviembre de 2013 | Hoy
Por Federico Kucher
La inflación no es el único fenómeno relevante en torno de los precios. La dispersión de valores de algunos productos, por barrios, en la Capital Federal, comportamiento que se repite en los principales centros urbanos, también es un fenómeno relevante. Esa volatilidad de precios de bienes idénticos genera tensiones entre los consumidores, muchas veces se la confunde con el proceso inflacionario y permite aumentar las ganancias de comerciantes. Cash hizo una ronda de compras en nueve barrios de la Ciudad con el objetivo de contrastar el costo de una canasta de consumo de 15 productos de la misma marca, incluyendo alimentos, bebidas, productos de higiene y artículos de limpieza (ver cuadro). El balance del relevamiento indicó que en Belgrano el mismo paquete de arroz costó 13 por ciento más que en La Boca; el de azúcar 13,3 por ciento más; y la papa 18,8. En Recoleta, la misma manteca se pagó 14,3 por ciento más que en Villa Crespo; la gaseosa cola 11,5 por ciento; y la lavandina 11,1. En Caballito el desodorante se abonó casi 23 por ciento menos que en Palermo; la crema dental 17,2 por ciento menos; y el agua mineral 6,7 por ciento más. En Nueva Pompeya, el jabón de tocador se consiguió por 14,3 por ciento menos que en Recoleta; la leche de litro, por 21,1 por ciento; y el detergente, por 5,3.
“Existen elementos evidentes para entender la estrategia de precios de la cadena minorista: no es lo mismo vender en un local de Cabildo y Juramento que en la villa de Retiro”, indicó Roberto Dvoskin, economista de la Universidad Torcuato Di Tella. El nivel de los ingresos de los habitantes donde se localizan los comercios adquiere relevancia porque explica la dispersión de precios. A medida que aumenta el poder adquisitivo de un barrio, los dueños de los locales cobran más sin afectar la cantidad final de las ventas. A la vez, el margen de los minoristas se potencia porque la gente no acostumbra salir a recorrer sucursal por sucursal para comprar artículos de consumo masivo. “No es lo mismo atravesar la ciudad para comprar un auto que una manteca”, graficó Dvoskin.
En la Ciudad de Buenos Aires, el ingreso medio de la población ascendía hasta 4980 pesos en 2012. En la lista de barrios donde los habitantes no alcanzaron ese promedio figuran Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati, con un ingreso de 3231 pesos mensuales; y Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque Patricios, con 3357. Por el otro lado, distritos donde se superó ese nivel de ingreso medio de la Capital fueron Belgrano, Núñez y Colegiales, con 7003 pesos mensuales; Palermo, con 6418; Recoleta, con 6088; Caballito, con 5622; Coghlan, Saavedra, Villa Pueyrredón y Villa Urquiza, con 5271; y Almagro y Boedo, con 5219. Esta diferencia notable en el poder adquisitivo del sur y norte de la ciudad incentiva la dispersión de los precios minoristas. Por caso, el costo de la canasta de quince productos seleccionados por este suplemento ascendió hasta 201 pesos en Recoleta, un 16 por ciento más que en La Boca.
El detalle de bienes con mayor dispersión ofreció las siguientes notas:
- En Recoleta, la papa sale 10 pesos el kilo, un precio 25 por ciento más elevado respecto de La Boca.
- La leche cuesta 9,5 pesos el litro, un 26,7 por ciento más caro.
- La botella de gaseosa, 14,5 pesos, un 20,8 por ciento más.
- El detergente mediano, 9,5 pesos, un 31 por ciento.
- El jabón de tocador por unidad, 7 pesos, un 21,7 por ciento.
En menor medida, esta tendencia también se observó al comparar precios entre barrios del Norte y el Centro de la Capital.
- En Belgrano, la naranja cuesta 8 pesos el kilo, 14,3 por ciento más que en Villa Crespo.
- El brillo para piso mediano, 15 pesos, un 11,1 por ciento más.
- La crema dental, 14 pesos, un 7,7 por ciento.
- La carne, por su parte, fue una excepción. Cotizó 42,5 pesos el kilo, un 13,3 por ciento menos respecto de Villa Crespo.
Volviendo a los factores que explican la dispersión de los precios, la cantidad de comercios resulta otro elemento importante. En barrios con más puntos de venta, la competencia entre minoristas para atraer clientes implica precios más bajos que en distritos con menor superficie comercial. En este aspecto, la Capital puede separarse en dos mitades, tomando como división la avenida Rivadavia. En comunas ubicadas al norte de esa frontera, la cantidad de bocas de expendio supera con amplitud a las del sur. Esto se debe a que los comerciantes buscan zonas de mayores ingresos para asegurarse cierto nivel de ventas. Esta tendencia adquiere relevancia si se tiene en cuenta la distribución de los supermercados Carrefour, Coto, Walmart, Jumbo, Disco y Vea. En Mataderos, Parque Avellaneda, Villa Soldati y Nueva Pompeya, estas firmas no alcanzan a tener 10 locales. En cambio, en barrios acomodados del centro de la ciudad hay puntos donde se cuenta un local cada dos cuadras. El balance de sucursales a lo largo de Capital se puede realizar en www.preciosensusitio.gov.ar
El efecto de esta distribución poco homogénea de las bocas de expendio pudo observarse en el relevamiento de precios. En algunos productos, Caballito fue más barato que Nueva Pompeya, a pesar de la brecha de ingresos entre habitantes de estos distritos. El arroz cuesta 5,9 por ciento menos en el barrio del centro de la Capital; la leche, 12,7 por ciento menos; el brillo para piso, 28,4 por ciento; y el desodorante; 23,1 por ciento.
Además del poder adquisitivo y la competencia entre los comerciantes, un tercer elemento que influye en la dispersión es la estructura de costos de los locales. Por caso, el alquiler de un negocio, que varía en función de zona y de dimensiones, se traslada al importe final de los productos. Estos tres factores explican parte significativa de las estrategias de precios de la cadena minorista y determinan la diferencia a veces llamativa de algunos productos.
En el relevamiento por barrios, brechas impactantes se observaron entre Puerto Madero y Constitución, donde el kilo de asado pasa de 57,9 a 39,9 pesos; entre Recoleta y Caballito, donde la lavandina de dos litros va de 15 hasta 7,15 pesos; y entre Belgrano y Nueva Pompeya, donde el kilo de papa va de 9,5 a 6,0 pesos
Dispersión
-La inflación no es el único fenómeno relevante en torno de los precios.
-La dispersión de valores de algunos productos, por barrios, en la Capital Federal, comportamiento que se repite en los principales centros urbanos, también es un fenómeno relevante.
-Esa volatilidad de precios de bienes idénticos genera tensiones entre los consumidores y muchas veces se la confunde con el proceso inflacionario y permite aumentar las ganancias de comerciantes.
-Cash hizo una ronda de compras en nueve barrios de la Ciudad con el objetivo de contrastar el costo de una canasta de consumo de 15 productos de la misma marca, incluyendo alimentos, bebidas, productos de higiene y artículos de limpieza.
-Es notable la dispersión de precios de un mismo producto en barrios diferentes, llegando a brechas de más del 25 por ciento.
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