EL COMERCIO COMO ARMA POLíTICA
Revolución de café
En Europa lo llaman “comercio justo”. Es la compra directa de productos del Tercer Mundo. El caso del café zapatista.
CASH EN alemania
Por Veronica Gago Desde Berlín
En toda Alemania se consumen por año miles de kilos de café provenientes de las comunidades zapatistas de la selva mexicana. Café Libertad es el nombre de la principal cooperativa de importación y venta en ese país y Europa del Norte, con sede en Hamburgo. Sin embargo, la red de comercialización del café chiapaneco se extiende a otros tantos países del Primer Mundo. Este circuito de compraventa tiene, como capital principal, una apelación a un tipo de consumo político que los propios organizadores se encargan de valorizar. Por eso mismo, la cooperativa vende, además del café zapatista, pequeñas cantidades de yerba mate del MST de Brasil y hay otras que hacen lo mismo con “café sandinista”.
Todo el proceso de comercialización está a cargo de grupos de solidaridad con América latina y, mayoritariamente, los compradores son también simpatizantes de la causa zapatista aunque, en Alemania, ya son cinco las cafeterías comerciales que también lo adquieren. La iniciativa tiene antecedentes –y de alguna manera forma parte– de lo que en Europa se denomina “comercio justo” (fair trade): todo un entramado económico que cuenta con decenas de locales para la venta de productos obtenidos por compra directa a productores de América latina, Asia y Africa y destinados a consumidores –algunos más politizados, otros simplemente con intenciones de consumo exótico– de 17 países de Europa y Estados Unidos.
La actividad de venta del café chiapaneco comenzó en 1999. Y este año ya se importaron unas 51 toneladas de “café verde” (sin tostar), es decir, unos tres containers. Aproximadamente la mitad se la venden a otros grupos de solidaridad zapatista en Francia, Irlanda, Polonia, Suecia y España; mientras que Italia, Suiza, Estados Unidos y Canadá importan sus propios containers. En cada uno de ellos entran 250 bolsas de café de 69 kilos cada una.
Café Libertad compra cada container a 53.510 dólares, lo cual implica un costo de 3,10 dólares por kilo de café. Ellos hacen el proceso de tostado y lo distribuyen en toda Alemania, Austria, Dinamarca y Holanda. El café de filtro Libertad lo venden a 5,90 euros por paquete de medio kilo (un precio un poco menor al año anterior gracias a la suba del euro con respecto al dólar); el expresso RebelDía cuesta unos 3 euros el cuarto kilo y la Moka Zapatista, también por 250 gramos, unos 3,95 euros.
El precio del café se compone, según Ingo Saalfeld, de cuatro elementos: el costo de importación; los impuestos; el costo del proceso de torrefacción, depósito y distribución, y, por último, el porcentaje destinado a la donación para proyectos sociales en Chiapas, tales como la construcción y manutención de escuelas o puestos de salud popular.
El adelanto de dinero para la importación –es decir: los 53.510 dólares que se necesitan para iniciar cualquier modo propio de comercialización– lo prestan adherentes políticos a la iniciativa y, según los organizadores de Café Libertad, es fácil recuperarlo debido a que los distintos grupos europeos que encargan el café lo pagan por adelantado.
“Tenemos pocos riesgos”, enfatiza Saalfeld. En el interior de Alemania, además de distribuirlo en las “tiendas de comercio justo con el Tercer Mundo”, las ventas se realizan por teléfono, internet o correo y el café es enviado a domicilio. Desde hace un año, el café zapatista tiene certificación de ser biológico, otro atractivo no menor para el tipo de consumo europeo.
La cooperativa zapatista de donde importa Café Libertad se llama Mut Vitz y la componen seis municipios de la región de los Altos de Chiapas donde se ubican distintas comunidades en resistencia de la etnia tsotsil, tzeltal y zoque. La producción de “café de altura” y de “estricta altura” logra así evitar a los “coyotes”, mediadores comerciales que trasladaban el café de las comunidades a grandes compradores tales como Nestlé, una de las empresas del área cafetalera más grande del planeta y que en México adquiere cerca del 30 por ciento de la producción nacional de café.