PROPUESTA
La idea del consumo responsable
La experiencia de la cooperativa "La asamblearia"
Por Verónica Gago
La economía social es un fenómeno de amplia escala que involucra distintas experiencias productivas de autogestión. Muchos de los límites de estas prácticas de economía alternativa son sus problemas legales –básicamente de facturación y la distinta normativa según los productos elaborados–, falta de capital para inversión e insuficiencias en la distribución, comercialización y consolidación de un mercado específico para la venta de esos productos. Tratando de dar una solución concreta a estos problemas, integrantes de las asambleas de Núñez y Núñez-Saavedra han formado “La Asamblearia”, una cooperativa para promover la producción, comercialización y consumo de bienes y servicios “autogestionados”, provenientes de empresas recuperadas, cooperativas agrarias, movimientos de desocupados y microemprendimientos barriales.
“La Asamblearia” se inscribe entre las catorce mil cooperativas y mutuales que existen en Argentina. Cada una de las cuales, como mínimo y por norma tienen diez integrantes en sus Consejos de Administración o Directivos, lo que suma unos 140.000 responsables en todo el país. El Instituto Nacional de Economía Solidaria estima que cada una de estas entidades alcanza un promedio de mil socios y/o beneficiarios, por tanto, alrededor de catorce millones de personas participan de una u otra manera de esta variante de la economía social. “La Asamblearia”, compuesta actualmente por unos 60 miembros y en plena campaña de afiliación de socios, ya tiene relaciones con las fábricas recuperadas Cooperativa “El Aguante” (ex Panificación 5), Cooperativa La Nueva Esperanza (ex Grissinopoli), Cooperativa Monte Castro de Muzzarellas, Ronda-Colectivo de Trabajo de Mataderos para la producción de especias aromáticas, cultivadas en emprendimientos autogestivos de comunidades indígenas, con el Movimiento Agrario de Misiones que produce la Yerba Titrayju, con emprendimientos asamblearios, tales como los artículos de limpieza Burbuja Latina de la asamblea Gastón Riva, los fideos artesanales de la asamblea Colegiales o las mermeladas de Dulcera Poética, a lo que se suma las producciones de conserva de tomate del MTD José C. Paz, entre otros. La idea es poder brindar “un paraguas legal” a productores autónomos y organizar un circuito motivado por los principios de “consumo responsable” y “comercio justo”. La cooperativa planea hacer su trabajo de venta por tres vías: desde su local –que aún no está inaugurado–, en forma minorista al público; por medio de un equipo de vendedores al mercado formal de pequeños comercios y en forma mayorista a consumidores sociales (comedores, cooperadoras, asociaciones barriales, etc.). La iniciativa cuenta con la experiencia previa de “La bolsa y la vida”, un emprendimiento de la asamblea de Núñez de compras comunitarias que ofrece estos mismos productos autogestionados.