LA EXPERIENCIA EUROPEA CON LAS ENERGíAS RENOVABLES
La producción de las energías renovables que impulsa el gobierno de Mauricio Macri están siendo cuestionadas en Estados Unidos y Europa por su elevado costo de producción y para el consumidor.
› Por Robert Bryce *
Alguno de los políticos estadounidenses más importantes están buscando impulsar lineamientos nacionales a fin de promover el uso de las energías renovables. Adicionalmente, y en el mismo sentido, durante los últimos siete meses tres estados –California, Nueva York y Oregon– exigieron que el 50 por ciento de la electricidad que comercializan las centrales provenga de fuentes renovables bajo el argumento de que con esto se reducirán los precios de la factura eléctrica a los consumidores al tiempo que se crearán nuevas fuentes de trabajo.
Sin embargo, si los impulsores de este tipo de medidas hubieran considerado el aumento de los costos en la producción de la electricidad en Europa durante los últimos años, serían menos entusiastas a la hora de presionar por dichas políticas. De hecho, los tres países de la Unión Europea (UE) más agresivos en la promoción de las energías renovables –Alemania, España y el Reino Unido– han incrementado sus tarifas de electricidad más que cualquier otro país del bloque. Hallazgos
- Entre 2005 –cuando la UE adoptó sus esquemas de comercio de emisiones de CO2– y 2014, las tarifas de electricidad residencial aumentaron en un promedio de 63 por ciento. En el mismo periodo, las tarifas residenciales en Estados Unidos rozaron el 32 por ciento de incremento.
- Las tarifas industriales en Europa subieron cerca del doble, tan rápido como en Estados Unidos.
- Los países de la UE que generaron mayores inversiones en sus mercados energéticos –Alemania, España y el Reino Unido–, incrementaron sus costos de electricidad con mayor velocidad. Durante el período 2008-2012, dichos países gastaron alrededor de 52.000 millones de dólares en subsidios a sus mercados energéticos.
- Durante el mismo período, la tarifa residencial eléctrica de Alemania aumentó el 78 por ciento, en España creció un 111 por ciento y en el Reino Unido se disparó un 133 por ciento.
- Sólo en 2016, los hogares alemanes serán forzados a gastar 29.000 millones de dólares en electricidad por fuentes renovables en un mercado valuado en 4000 millones de dólares –más de 700 dólares por hogar–.
- El incremento de la tarifa de electricidad residencial en Alemania fue de 13 centavos por kilowatt/hora –un incremento mayor al promedio del costo de la electricidad residencial en los Estados Unidos (12,5 centavos)–.
- Mientras que los países europeos fueron exitosos en materia de generación de empleo en las industrias solares y eólicas, sus políticas también representaron significativas pérdidas de trabajos en otros sectores.
- El ministro de Energía de Alemania advirtió que la continuidad de las actuales políticas va en dirección a desindustrializar la economía del país.
Al respecto, en enero de 2014 el Ministro de Energía de Alemania declaró que su país alcanzó el límite en los subsidios destinados a las energías renovables y, por tanto, debería reducir los precios de la electricidad o correr el riesgo de avanzar hacia la desindustrialización. Para evitar este tipo de resultados, quienes se ocupan de tomar las decisiones en materia de política energética en Estados Unidos deberán realizar rigurosos análisis de costos–beneficios antes de imponer políticas de promoción de las energías renovables. Además, deberán tener en cuenta el impacto que los altos costos de la energía tendrán sobre el empleo y la competitividad industrial.
La presión que ejercen los sectores asociados al tema del cambio climático llevó a que muchos políticos estadounidenses pujen por implementar medidas energéticas del estilo europeo. En este sentido, Hillary Clinton manifestó su intención de incrementar la capacidad doméstica para la producción de energía solar en unos 140 gigawatts para el 2020, un número siete veces mayor comparado con la capacidad actual. Por su parte, Bernie Sanders también elaboró un plan energético que requerirá que los Estados Unidos produzcan el 80 por ciento de su energía a partir de fuentes renovables para el año 2050. Esta posición está en sintonía con lo sucedido en la UE desde 2005, donde se promulgaron varias iniciativas asociadas a atemperar el cambio climático, incluyendo el comercio de emisiones y la implementación de políticas de fomento de la participación de las energías renovables en los mix energéticos. Durante el período 2008–2014, los miembros de la UE gastaron alrededor de 106.000 millones de dólares en subsidios energéticos. Particularmente, tres países –Alemania (27,2 mil millones), España (11,1 mil millones) y el Reino Unido (14,3 mil millones)– representaron casi la mitad del total de dicha suma. Sin embargo, fueron estos tres países los que experimentaron los mayores incrementos en las tarifas de electricidad a nivel residencial. Según Eurostat, durante el período 2005–2014, las tarifas residenciales en la UE aumentaron un 63 por ciento en promedio. En Alemania, un 78 por ciento, en España, un 111 y en el Reino Unido alrededor de un 133. En el mismo periodo, el incremento en la tarifa residencial fue de alrededor del 32 por ciento.
Para evitar los resultados vistos en Europa, quienes toman las decisiones energéticas en Estados Unidos deberán realizar rigurosos análisis costo–beneficio antes de implementar este tipo de políticas, teniendo en cuenta el impacto en los altos costos de la energía, el empleo y la competitividad industrial.
* Columnista del OETEC. Director del Manhattan Institute.
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