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Domingo, 26 de febrero de 2006

EL BAúL DE MANUEL › EL BAUL DE MANUEL

 Por Manuel Fernández López

Un genio anda suelto

La Asociación Económica Internacional se creó en 1950, por iniciativa del Departamento de Ciencias Sociales de la Unesco, con el fin de promover el acercamiento e intercambio entre los economistas del mundo. Opera como una federación de asociaciones nacionales. Nuestra Asociación Argentina de Economía Política, creada en 1957, está afiliada a la Internacional. Ser la cabeza de esta última es, después del Premio Nobel en Ciencias Económicas, uno de los más altos honores para los economistas académicos. De hecho la han presidido varios premios Nobel: Paul A. Samuelson, Kenneth J. Arrow, Amartya Sen y Robert M. Solow. Pero también otros economistas eminentes, celebridades mundiales: Gottfried Haberler, Howard S. Ellis, Erik Lindahl, E.A.G. Robinson, G. Ugo Papi, Erik Lundberg, Fritz Machlup, Edmond Malinvaud, Shigeto Tsuru, Víctor L. Urquidi, Anthony B. Atkinson, Michael Bruno, Jacques Drèze y Janos Kornai. ¿Sabe quién es el actual presidente? Pues ningún australiano, canadiense o español, en cuyos países existen antiguas y prestigiosas escuelas de economía. ¡Un porteño, ex vecino del barrio de Flores! Nacido en 1941 y bautizado como Guillermo Antonio Roberto Calvo, con el tiempo se autosimplificó como Guillermo A. Calvo. De Perito Mercantil pasó a la Facultad de Ciencias Económicas y al crearse la carrera de Licenciado en Economía y con sólo dos años de estudios, fue becado al Japón y luego a la Universidad de Yale. Más rápido que el viento obtuvo el Master of Arts, el Master of Philosophy, el Doctorado con el Premio Nobel Tjalling C. Koopmans y una cátedra en la Universidad de Columbia, que ocupó durante trece años, pasando luego a Pennsylvania, Chicago y Maryland, donde es hoy profesor emérito. Ha publicado seis libros y más de 120 artículos en las revistas más prestigiosas, como Econometrica, o Economic Journal, en las que la mayoría de los economistas ni pueden soñar en publicar. Fue requerido para publicar artículos sobre asuntos de su especialidad por la Enciclopedia Británica y el Nuevo Palgrave-Diccionario de Economía, la obra de referencia más autorizada. En el 2000 recibió el Premio Rey Juan Carlos, en España. En el 1993 fue nominado para la Academia Nacional de Ciencias Económicas, y poco después de incorporarse a ella predijo la catástrofe de la economía mexicana o “efecto tequila”. Cada año nos obsequia alguna conferencia.

Prepotencia

Algunas situaciones conflictivas terminan resolviéndose según el tamaño, número o grado de violencia que pueden desplegar las partes enfrentadas. Entre animales salvajes las cosas ocurren siempre así. De ahí la frase del general: “La fuerza es el derecho de las bestias”. Entre seres humanos, el avance en el sentido de la convivencia llevó a resolver conflictos según normas previas. Sin embargo, aquí y allá quedaron residuos de la época feroz. Para Adam Smith, las negociaciones laborales son un conflicto, ya que obreros y empleadores tienen intereses contrarios, los obreros aspiran al mayor salario posible y los empleadores al menor. “No es difícil –decía– predecir cuál de las partes lleva las de ganar en la disputa, y obliga a la otra a aceptar sus términos.” Los empleadores son muchos menos y se combinan fácilmente, usan su influencia en el Parlamento para censurar cualquier reclamo desmedido y, además, en tanto un trabajador carece de capital para sobrevivir más de una semana, el empleador posee capital como para vivir un año o dos. Carlos Marx, gran lector de Smith, vio en la obra del escocés una alternativa a favor del obrero: en lugar de enfrentarse al patrón disgregados, los trabajadores debían unirse en asociaciones, es decir, formar gremios cuyo peso contrabalancease al de los patrones. La noción de “fuerza” no mereció gran atención por los economistas, hasta la gran crisis de 1929, en la que se publicaron dos obras clásicas: Monopolio-Polipolio: la noción de fuerza en economía de Ragnar Frisch, y Problemas de monopolio y guerra económica, de F. Zeuthen. En los tiempos que corren parece volverse a los tiempos primitivos, en que las aspiraciones se concretan por la prepotencia del número o la violencia. Tres ejemplos: la obtención de cátedras en la UBA, algunas mediante petitorios de unos cuantos estudiantes, esquivando los concursos; la reforma al Consejo de la Magistratura, sancionada por la fuerza del número; la tentativa de tomar por asalto la cancha de River en el segundo recital de los Stones, a fuerza de pedradas y botellazos. “Rolling stones” significa cantos rodados, es decir, piedras alisadas, que tanto pueden utilizarse para construir caminos y viviendas, como para quebrarles la cabeza a nuestros hermanos indefensos. Son apenas tres letras las que distinguen “potencia” y “prepotencia”, es decir, poder y abuso del poder.

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